domingo, 28 de junio de 2009

"You were such a P.Y.T catching all the lights..."

1958-2009


Sólo faltaba que nos fuéramos esta semana sin dedicarle unas cuantas palabras al hoy desaparecido Rey del pop. Aunque, no, admito que jamás me tocó verlo explotar como la épica estrella que fue durante gran parte de los ochentas, si me toco ver como se convertía en un freak show derivado de sus miles de traumas infantiles y demás escándalos en los que se vio envuelto durante el último par de décadas de su carrera. Mi mejor antídoto contra las locuras de Jackson, siempre fue su misma música, no había forma de odiarlo, crecí descubriendo a través de los años (disco con disco, empezando por ‘Dangerous’ de ahí regresando a ‘Off the Wall’ , 'Thriller' ,B ad, Dangerous y terminando en la recopilación siglo veintiunesca o XXI-esque llamada simplemente ‘HISTORY’ para saltarse hasta el 2001 con 'Invincible'), su música siempre opaco en gran medida cualquier chusca o alarmante (en el caso de los cargos por supuesta pederastia) acción que el Rey pudiera tener en la cabeza. A él todo se le perdonaba, desde que yo fui niño y hasta el último día que el vivió.

De pasar a grabar ‘Dangerous’ (su último gran disco) ha terminar con ‘Invincible’ a principios de siglo, en el colmo de la mediocridad (aunque el siempre creyó que sería igual de o más grande que Thriller), que además costó más que cualquier otra producción musical en su momento, habla de un tipo que sin duda alguna termino siendo dominado por sus miedos internos y por una sociedad que aunque jamás pudo comprobarle ningún crimen, lo termino apartando tanto, que el mismo decidió dar la media vuelta y buscar asilo en otro lado, considerándolo al final un vil animal de circo que había estado en la cima solo para terminar siendo un fenómeno más en el carnavalesco mundo de la cultura pop. Los medios ahora sus grandes biógrafos, y ‘fans from hell’ tienen muy mala memoria cuando se trata de enderezar lo que fue su ‘love-hate relationship’ hacia MJ durante sus últimos años de vida.

Pero acordarnos de eso no sirve de nada en absoluto, solo basta decir que el tipo quería probarse en el escenario por última vez (el quería 10, sus promotores 50; se antojaba imposible dada la falta de práctica del mismo Jackson sobre cualquier escenario) antes y poder retirarse con lo que le quedaba de nariz bien en alto. Me niego a creer en la perversas versiones que lo ligan a un lastre financiero que llevaba acarreando ya muchísimo y que con las regalías del catálogo de los Beatles, no alcanzaba.

Trataré mejor de acordarme de él, como el primer gran ídolo al que admiré de manera incondicional, perdonándole año con año su criminales cirugías “cosméticas” e incluso la falta de creatividad para entregarnos un material de calidad. Me acordaré de el como uno de lo más grandes artistas que haya dado el mundo, y no como el resentido social que tuvo mudarse a Dubai y convertirse al Islam influenciado por uno de sus hermanos al haber sufrido el rechazo total por parte de la sociedad norteamericana (se encontraba viviendo una mansión rentada ensayando para sus conciertos, no se encontraba en Estados Unidos por placer, morir en casa no era como el lo tenía planeado) y el modelo de negocio de las grandes disqueras ocupándose de ver al artista únicamente con gran signo de dólares tatuado en la frente (dolor reflejado por Jackson en el track ‘They don’t really care about us’), sino aquel que logró que el mundo entero se entregara a sus pies al verlo moverse como ningún otro ser vivo cuando interpretó el Moonwalk por primera vez en el teatro Apollo en Brooklyn, Nueva York para el vigésimoquinto aniversario de la legendaria disquera e impulsadora de innumerables talentos afroamericanos durante la segunda mitad del siglo XX; Motown.

Tratar mejor de no acordarme más de sus tormentosa relaciónes con personajes tan controvertidos en méritos propios como el reverendo (hijoepú) Al Sharpton, su jefe en Sony music Tony Mottola o su mismo padre quienes más que infundar en el humildad o felicidad en lo que hacía siempre trataron de ponerlo en contra de quienes pudieran ser sus posibles “enemigos”, a base de insultos y malos tratos Joe Jackson se encargó de siempre crear desconfianza y falta de autoestima en su hijo más talentoso, miedos y fantasmas que cargo consigo hasta el mismo día en que probablemente la sobredosis de algún fármaco legal le provocó la muerte.

De alguna manera me provoca tranquilidad oír que de ahora en adelante solo nos quedará acordarnos de el por su gran legado artístico y cultural en el mundo entero, sepultados quedarán los escándalos y críticas a un estilo de vida que jamás pudo ser entendido por nadie, pero que de alguna manera era acorde al titánico talento de Michael Jackson como músico.

Hoy y siempre Michael Jackson significará un antes y un después en el mundo de la música; y por eso habrá que estar siempre infinitamente agradecidos.

good night, sweet prince....

...

Jp...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por que se murio Michael Jackson???

- Para ir con el NI;O Dios,
ja, ja.

Faridh