miércoles, 9 de septiembre de 2020

I’m in love with Hammer Girl: la historia de 'The Raid'

Mi crush en 2014

Gareth Evans nunca imaginó que una inocente invitación a grabar un documental en Indonesia, lo llevaría algunos años después a revolucionar el cine de acción de forma fascinante e insospechada. 

En ese entonces Evans era un joven galés como miles otros, con un título de estudios cinematográficos bajo el brazo pero completa imposibilidad de dedicarse al séptimo arte. El originario de Swansea trabajaba en un 9-5 job, disfrutando su reciente matrimonio con una joven de ascendencia indonesa. 


Después de haber producido un cortometraje que no había obtenido gran popularidad, el cineasta parecía estar condenado a dedicarse a subsistir en cualquier cosa menos el cine. Pero la oportunidad de poner su talento a prueba llegó en la forma de una invitación por conducto de su esposa, para viajar a la tierra de su familia en Yakarta y grabar un documental sobre un desconocido arte marcial llamado Penkac Silat.


Cuando Evans hizo el viaje y comenzó a documentar con su cámara a los artistas marciales del Penkac Silat su vida cambió por completo. Se encontraba  maravillado ante la coordinación y movimientos de naturaleza artística que ejemplifican los maestros de esta disciplina. Quedó particularmente encantado con la maestría en la que la lente encuadraba de forma mágica a un simple mensajero de paquetería. Se trataba de Iko Uwais, quien en sus ratos libres se dedicaba a practicar y enseñar el Penkac Silat a jóvenes y adultos en su barrio. El no lo sabía aún, pero Gareth Evans estaba a punto de transformarlo en el próximo Jet Li.


El joven cineasta y su mujer se encontraban sin un centavo, varados en Yakarta, con una asignatura pendiente, sin embargo la decisión era obvia: Había que mudarse a aquel país y hacer un película con el innegable talento de Iko Uwais frente a las cámaras. El plan de Evans consistió en tratar de hacer una película financiada localmente, que pudiera tener un éxito moderado que lograra ayudarlo a concretar un proyecto de mayor impacto. Su idea rindió frutos y después de conseguir lanzar a Uwais como una estrella local con sus impactantes movimientos de pelea en combates cuerpo a cuerpo, puso en marcha el que sería su siguiente proyecto: ‘The Raid: Redemption”.


El británico había crecido adorando los filmes de gángsters, así como películas clásicas de Bruce Lee y la propia re imaginación en el cine de acción que trajera John Woo a inicios de los noventa. Ideó un guión sencillo donde pudiera explotar en diversas escenas, el talento de su protagonista, así como su maestría para emplazar la cámara en espacios cerrados y su fascinante ojo para editar secuencias de acción, como si se tratase de un veterano.


En ‘The Raid: Redemption’, Iko Uwais interpreta a Rama, un policía en una unidad especial, encargado de infiltrar un complejo departamental gobernado por un violento mafioso y su ejercito de matones expertos en kung-fu. La película se desenvuelve como un videojuego, donde el protagonista tiene que ir subiendo de nivel, enfrentando a villanos cada vez más diestros a la hora de los madrazos, pero que recompensan al espectador espectacularmente, poniendo verdadera tensión en cada una de las batallas.


Cuando llegó el festival de Sundance en el año 2011, no había una sola alma en todo Park City que no estuviera hablando sobre una pequeña película de acción proveniente de Indonesia; escrita, editada y dirigida por un completo desconocido con un nombre que no sonaba asiático.


 ‘The Raid: Redemption” se convirtió en un éxito rotundo. Desde que Chan Woo Park con ‘Oldboy’ o el mismo Woo años antes, cambiarían las reglas del género de acción, no se había visto una voz tan original brindado tanta innovación en secuencias de acción compactas pero hipnotizantes, la  clase que comúnmente hace decir al moviegoer gringo:”Fuck dude! Did you just see that?”.


Con una película de apenas 90 minutos y un presupuesto de risa para lo acostumbrado en las grandes producciones de Hollywood, Gareth Evans había pasado de ser un desconocido documentalista galés, a la voz más original en el mundo del cine de acción en años.


Gracias al gran recibimiento obtenido, fue que el director puso manos a la obra en la secuela de su laureada obra. Este año fue estrenada en Sundance, con aún mayor revuelo y éxito que su antecesora, ‘The Raid 2: Berandal”.


Retomando la historia justo donde termina la primera, esta secuela es en todo sentido superior a su predecesora y eso es algo que no debe ser tomado a la ligera. Siguiendo el concepto de BIGGER, BETTER, BOLDER, el británico nos entrega una segunda parte que re imagina el cine de acción y lo eleva a nuevo plano en el que las coreografías ensayadas se vuelven narrativas propias dentro de la historia, contando escalofriantes secuencias, con movimientos de cámara imaginativos que envuelven al espectador en la pelea con singular facilidad.


En poco más de 2 horas y media, ‘Berandal’ sigue nuevamente los pasos de Rama, quien esta vez debe infiltrarse en una de las mafias más peligrosas de Yakarta, con tal de no poner en riesgo la vida de su esposa e hijo y  que no sufran la misma suerte que su hermano, asesinado a sangre fría. La historia es mucho más compleja en todo sentido. Lo cual garantiza escenas de acción aún más arriesgadas y totalmente apantallantes. Evans no tiene miedo de hacer sangrar a sus héroes, ni abusar de la violencia gráfica en casi cada una de sus magistrales tomas. 


Hay una escena en particular donde la cámara de Evans logra llevar el Pencak Silat de Iwais a redefinir lo que comúnmente conocemos como una persecución automovilística. Esto es el postmodernismo de las ‘car chases’ tradicionales. Una secuencia que tiene que ser experimentada por su complejidad pero también por su perfecta ejecución: 

Con apenas 7 coches y dos cámaras RED rentadas de un altísimo valor, Evans hace un juego de fotografía handheld que va desenvolviéndose de forma fantástica, alimentando nuestra ganas de vitorear por el héroe.


Pero ‘The Raid 2” es mucho más, porque Gareth sabe que conocemos la receta, pero está vez quiere redecorar este pastel de gore con un toda una gama de ingredientes nuevos.


Sin duda alguna una de las mejores producciones del 2014 y quizás una de las mejores secuelas en la historia del cine. De forma inesperada este cineasta ha logrado darle una cara nueva a un género que aún no se cansa de poner a Stallone a madrearse a otros viejitos, menos mamados que él.


¿Y ahora qué viene? Evans ha dicho que hará una 3era parte de ‘The Raid” pero que definitivamente se tomará su tiempo en esta ocasión. Tiene proyectos atractivos en Gran Bretaña y Estados Unidos, que aunque aún no se acercan a grandes producciones, son definitivamente películas con un fuerte financiamiento detrás.

Evans podría dar el salto a Tinsel Town en cualquier momento y será algo que no sorprenderá a nadie. La verdadera pregunta al final será ¿Lograrán los grandes estudios cambiarlo, o será el quien lidere una nueva revolución dentro del cine  de acción hollywoodense?

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