lunes, 7 de septiembre de 2020

Resucitar la música en vivo en la ‘nueva normalidad’: Un reto nada fácil de afrontar.

Por qué fracasó el primer concierto distanciado en el Reino Unido?

FRANK TURNER EN SU REGRESO A LOS ESCENARIOS

Es imposible de ocultar, la Pandemia ocasionada por el Covid-19 sin duda tomó por sorpresa al planeta entero y una de la industrias del entretenimiento que se vio forzada a desaparecer prácticamente de la noche a la mañana fue la de los conciertos y música en vivo, pues realizarlos se volvió algo imposible, situación que hoy en día, continúa afectándonos a todos. Sin embargo esta nueva realidad ha permitido que en países como Inglaterra surjan iniciativas de artistas de enorme calibre como Liam Gallagher, Dua Lipa o el mismísimo Sir Paul McCartney, quienes junto a otros 1,500 músicos, a través de una carta abierta han abogado por el apoyo de la música en vivo en el Reino Unido durante este complicado 2020.


La carta también la rubricaron artistas de peso completo como Ed Sheeran, The Rolling Stones y Coldplay, quienes se dirigen a la secretaria de cultura de aquella nación, advirtiendo del impacto que la crisis sanitaria tendrá en los artistas y lugares donde habitualmente son realizados cientos de conciertos al año.


El documento habla de las “insolvencias masivas”, que ya han comenzado ha sentirse en todos lados, pues la posibilidad de tener conciertos y festivales con audiencias absolutas, se espera según la mayoría de los expertos en el tema, que sea algo que pueda suceder hasta ya bien entrado el año 2021, cuando se prevé se tenga ya una vacuna lista a gran escala, en gran parte del mundo.


No es ningún secreto que la industria de la música en vivo ha sufrido grandes perdidas económicas a lo largo de estos meses, con altísimas tasas de desempleo en diversas ramas: desde la gente que trabaja en los diversos venues (seguridad, afanadores, personal de limpieza, etc.), hasta agencias y promotores de nivel internacional, que se la han visto negras para poder continuar haciendo su trabajo en un mundo sin conciertos.


La carta dirigida a Oliver Dowden, secretario de cultura, explica que el futuro de la industria luce muy oscuro aún y solicita apoyos económicos para los empleados que dependen de ella, así como también un plan realista de como comenzar a lograr a tener conciertos, aunque sea con una audiencia reducida. 


Dua Lipa, por ejemplo, expresa que se encuentra muy orgullosa de haber comenzado su carrera en clubs pequeños y lugares para artistas emergentes, por lo que entiende bien la difícil situación de tantos artistas a nivel mundial y la gente que trabaja en estos lugares.


Añade que, “la posibilidad de que otros artistas británicos emergentes tomen el mismo camino está en peligro si la industria no recibe el apoyo gubernamental que tanto necesita en el período intermedio antes de que todos los lugares, festivales y promotores estén listos y puedan operar de forma independiente nuevamente. "


El ex vocalista de Oasis explicó por su parte, que la necesidad de apoyo a la industria es necesario, quitando el impuesto a los boletos en conciertos con distanciamiento social, pues explica que "los conciertos increíbles no ocurren sin un equipo increíble detrás del escenario, pero todos se quedarán sin trabajo a menos que podamos volver a hacer lo que amamos”.


Es un hecho que los conciertos masivos como los recordamos hace apenas unos meses, hoy son aún un sueño distante pues expertos en la industria como el mismo co-fundador del legendario festival Lollapalooza en Chicago, Marc Geigher, coincide en que para que  las cosas regresen a una relativa normalidad, falta todavía un buen trecho, (vaticina incluso el 2022 como fecha realista).


Y para muestra una botón: el caso de la banda norteamericana Smashmouth fue bastante sonado apenas el mes pasado, pues ignorando absolutamente todas las recomendaciones sanitarias de los expertos, decidieron realizar un recital para miles de fanáticos en el Sturgis Motorcycle Rally en el estado de Dakota del Sur, sin ningún tipo de distanciamiento social. 


“Que se joda el Coronavirus, hoy estamos reunidos todos aquí esta noche.”, expresó desde el escenario el vocalista de la agrupación. ¿El resultado? Mas de cien infectados confirmados que asistieron y miles de emails de odio que fueron enviados a la banda en días posteriores.


La solución más próxima parece ser entonces intentar realizar conciertos, tratando de buscar respetar al máximo las medidas sanitarias, o eso es lo que ha comenzado a suceder en países como el citado Reino Unido.


Tal ha sido el caso del cantante y compositor Frank Turner, quien aprovechó que el gobierno en dicho país escuchó la petición de los artistas y desde hace unas semanas comenzó a permitir actos en vivo nuevamente. “Se suponía que la audiencia no debía cantar”, explica Turner, debido al peligro de propagación del coronavirus. “Si la multitud empezaba a alzar la voz, tenía que decirles cortésmente que se calmaran, lo que realmente va en contra de mi instinto de actuación. Incluso traté de "tararear" en un momento “. Una situación sin duda inusual para cualquier artista acostumbrado a tener a miles de fanáticos coreando sus éxitos cada noche.


Sin embargo, el riesgo de contagio y no poder corear canciones en vivo no son los únicos problemas que encaran los artistas en este regreso a los escenarios, el mismo ministro Oliver Dowden anunció ayuda financiera para diversos recintos y auditorios de música, buscando apoyarlos a solventar la crisis, pues los conciertos que se lleven a cabo a partir de ahora y hasta que nuevas medidas sean anunciadas, deberán seguir estrictos protocolos sanitarios y de distanciamiento social, lo cual se traduce en logísticas más caras y una menor venta de entradas, para evitar los peligrosas aglomeraciones de fanáticos al interior de los recintos.


Keiron Marshall, promotor de conciertos en el sur de Londres, explica que estás nuevas medidas han permitido realizar conciertos con apenas el 18 por ciento de capacidad, para lugares que pueden albergar hasta 250 asistentes, con apenas 47 personas permitidas al interior. 


“El distanciamiento social no significa que se divida el espacio en metros cuadrados”, explica. “Significa operar de forma segura con todas las mesas reservadas. Si todos los asientos estuvieran reservados en burbujas sociales, tal vez podríamos tener 60 personas en la puerta, pero no se puede discriminar a alguien que llega solo o viene en pareja que ha reservado una mesa para cuatro. Y con nuestro servicio de mesa de operaciones en el lugar por primera vez, la capacidad se reduce aún más “.


Sin embargo, no son solamente los venues más pequeños los que se encuentren sufriendo para adaptarse a esta ‘nueva normalidad’: "Todavía no sabemos cuándo se levantarán las reglas para que las presentaciones en vivo incluyan a todo el público", dice Louise Halliday, directora de asuntos externos del Royal Albert Hall. “El gobierno nos ha dicho que van a revisar las reglas de distanciamiento social en noviembre, pero el esquema de retención de empleo termina en octubre. Esa es una brecha realmente peligrosa para nuestra industria”.


Con el distanciamiento social la capacidad del recinto se ha reducido también a tan solo un 36 por ciento, cuando normalmente para considerar una ganancia para todos los involucrados en un evento, es necesario contar con al menos un 80 por ciento de venta en las entradas, según sus cálculos. 


“Estamos tratando de planificar eventos y recuperar a todo nuestro personal sin saber cuándo volveremos a las operaciones normales. Y si hay un segundo brote y tenemos que cerrar nuestras puertas nuevamente, no vamos a estar asegurados. Así que el riesgo de organizar eventos, incluso cuando se elimina el distanciamiento social, es enorme.”, aclaró.


Volviendo a Frank Turner, su concierto resultó ser el primero en el Reino Unido en realizarse bajo estas nuevas medidas sanitarias, y en sus propias palabras describió la experiencia atípica como “maravillosa pero extraña y profundamente conmovedora”, aunque admitió sin reparo que esta solución no es de ninguna forma el milagro que salvará a la música en vivo, como quizás algunos sueñan ya. 


“Tan divertido como fue, tan conmovedor como fue, y tan importante como fue hacerlo, este no es un modelo que iba a salvar lugares o presentaciones en vivo”, detalla Turner.


Plantea también, que “lo que parece suceder una y otra vez, ya sea que tenga que ver con el concierto que hice en el Grand o las conversaciones que he estado teniendo sobre tratar de organizar espectáculos de campamentos al aire libre socialmente distantes, es la gente del gobierno que está tomando estas decisiones tienen casi cero conocimiento o comprensión de cómo funciona la industria del entretenimiento ".


Esta teoría la reforzó la propia manager del Clapham Grand, Ally Wolf, recinto donde Turner realizó su recital, pues ella piensa que aunque se ha logrado “abrirnos para una presentación en vivo, este no es un evento precedente para nuestra industria. Todavía se necesita más apoyo".


Dicho apoyo fue también exigido durante días pasados por trabajadores de la industria de eventos en vivo en aquella nación a través de la campaña #RedAlert, exigiendo a través de protestas en las calles, aún más apoyo por parte del gobierno pues la gran mayoría de los recintos simplemente no están logrando suficientes ganancias como para darse el lujo de traer de regreso a todo su staff, menos aún pagarles un salario digno de su esfuerzo y talento. 


Wolf concluye que su industria brinda un valor enorme a la economía, pues otorga trabajo a la gente y encima experiencias de entretenimiento únicas. “Hay una gran cantidad de aspectos positivos asociados a lo que hacemos, y no solo a la música en vivo, todos los lugares que ofrecen todas las formas de entretenimiento. Tenemos que reconocer eso “.


Es un hecho que la situación que atraviesa actualmente el Reino Unido es muy similar a la del resto del mundo, donde aún se siguen probando nuevas ideas que ayuden a los artistas a tratar de recuperar el espacio musical en vivo que fue arrancado de tajo por la Pandemia: desde conciertos en modalidad virtual (pagando una cuota por ver el evento desde casa), hasta algunos que lo han hecho a través Drive-In con automóviles (como el realizado hace poco por artistas como Moderatto, en nuestro país). 


Sin duda las ideas y experimentos continuarán, tratando no solo de devolverle la dicha a los fans y volver a escuchar a sus artistas favoritos en vivo, sino también buscando que la enorme cantidad de trabajos, grandes y chicos que dependen de esta titánica y hoy herida industria, puedan seguir teniendo manera de subsistir.


Todo esto, por supuesto, mientras continuamos añorando, que más pronto que tarde, volvamos juntos en todo el planeta a tener la oportunidad de disfrutar, coreando a todo pulmón y en medio de una multitud, la experiencia mágica de la música en vivo, realidad mística y sin igual que nos une como especie desde hace miles de años y que lo continuará haciéndolo por miles más, pues de eso estamos todos seguros.


(TEXTO PUBLICADO ORIGINALMENTE PARA https://www.gunkmusicmag.com/)



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