miércoles, 19 de noviembre de 2008

straight outta Honolulu...




Sobre las elecciones gringas no queda mucho que decir porque ya pasó demasiado tiempo, entre que nos distrajimos con lo del avionazo y el desmadre de tener que barrer al wey de SEGOB y otros fulanos que importan menos porque estaban menos guapos (dicen las damas consternadas por la tragedia), se nos olvidó que Obama está a muy pocos días de convertirse en el “first brotha to bring some noise up in this crackers hizz-out”. Apartando nuestra imagen de Obama despertando de su enorme cama presidencial al ritmo de “Damn it feels good to be a gangster”, es importante mencionar lo cagado que ha ido disminuyendo el amor por Obama a tan solo unos pocos días de haber sido elegido para ser el nuevo “leader of the free World”. Es natural, digo de cierta forma “he’s The Man now”, el nuevo lider debe ser criticado sin piedad y ahora hasta los mismos medios gringos se cuestionan si fueron demasiado severos con Bush, cuando todavía no abandona la Casa Blanca, esto es material digno de comedia. Debo recalcar que sin lugar a dudas el fenómeno Obama representa a mi parecer algo muy distinto a lo que representó Fox en el 2000. Yo no pude votar, pero tampoco estaba tan pendejo como para no poder razonar un poquito más allá de lo convencional. Fox siempre tuvo actitud de pendejo: necio, pausado y confuso. Nunca dijo algo, durante toda su campaña política, que me inspirará ni el más remoto cambio que prometía cada tres palabras (hipótesis convertida en teoría y al poco tiempo en ley a medida que su presidencia avanzaba). Pero sin lugar a dudas, ver ganar al partido que mi papá había apoyado toda su vida representó quizás un júbilo especial, por el simple hecho de ver a mi jefe feliz. Todavía recuerdo cuando me arrastró a un “meeting” en el Zócalo pocas semanas antes de los comicios, porque para él estos eran "momentos históricos para nuestro país”, hasta la fecha no he puesto en duda las palabras que me alcanzo a decir en aquella ocasión, mientras multitudes enteras de personas nos empujaban de lado a lado, vagando en un mar de gente, gritándole a Chente cuanto harto lo queríamos. Pero para mí Fox siempre fue otro político soso.

Menciono lo de Obama, porque al haber estado como pendejo viendo la últimas semanas de cobertura de un sistema electoral que no termina con plantones en el monumento a Washington, por votos “robados” y en pocas palabras funciona (bueno salvo en el 2000, right Jeb?), noté como todos los jóvenes creían de manera ciega en cada palabra que el wey pronunciaba, “Change, we can believe in”. La pinche frase se me quedó grabada desde hace un rato. En buena medida, porque ese cambio en el que muchos gringos jóvenes depositaron sus esperanzas en la figura del ahora president-elect Obama, es un cambio que yo también le compro al cabrón, y no necesito leer sus credenciales ni mucho menos su libro “Audacity of Hope” para que me lo crea al menos tantito, basta escuchar sus discursos, compararlo un poco con las actuales políticas del todavía presidente Bush, y terminar recordando que a final de cuentas los gringos nos vuelven a demostrar que si se trata de hacer democracia, nos siguen partiendo la madre. Que fijándonos en su historia un cambio de estructura es posible, construible y muy creíble.

Lo más triste del asunto, es que en México no hay nadie que de veras quiera cambio, solo poder y chingarse al de enfrente. No voté en el 2006, no estuve en el país y no me arrepiento, después de ver los chingones desmadres que armó el IFE dándole cuerda después al wey que sale tiernamente caricaturizado en las estampas de la mitad de los taxistas de la ciudad al lado de una frase bien original (¿ya que las quiten no?), me dio verdadero placer no haber sido parte de ese pedo. Pero la verdadera razón por la que no me arrepiento es porque me cagaban todos los candidatos, a ninguno le creí nada, todos pendejeando a la misma borregada, todos igual de tristes y sin vida: azul,es amarillos, tricolores o hasta naranjas (aunque estos últimos se juntaron con los de amarillo para ganar más votos, y luego presumirnos en tele y radio como "out of thin air" se convirtieron en la 4ta fuerza política del país), todos igual de pendejos, entonces y a la fecha. En México la clase política vive para cronometrar los segundos que tarda en caer su caca en los de abajo. Lo peor de todo es que yo no acabo de comprarme eso de que el mexicano sea tan cruel, en algo la llevamos cagando ya casi doscientos años y nadie se ha podido dar cuenta.

No sé si Obama cumpla, pero me atrevo a decir mamadas y apuesto a que terminará haciendo mucho más de lo que hizo Fox con México.

(Con todo y que difiero en muchísimas cosas con Calderón, no se necesita ser un genio para darse cuenta también, que es una persona mucho más capaz para la presidencia que aquel hombre de botas.)

Y antes de que alguien empiece a “preacharme” que si los panoramas políticos son distitnos, que si Obama maneja mayoría legislativa y Fox nunca tuvo, que si soy un puto porque no voté (me vale verga), que como le mamo el pito a los gringos y su sistema bipartidista basado en distritos electorales y blah blah…. Ahórrenselo porque me da hueva….

Solo diré que ya me han hecho cuatro bromas relacionadas con la muerte de Obama desde que fue elegido hace un par de semanas. Eso sí sería algo genuinamente jodido. Pero los gringos están locos que con ellos todos es posible, tan es posible que en sus videos, los raperos negros se eligen presidentes y además se intentan asesinar (a la J.F.K por si fuera poco), pa’ que luego no digan que alguien más lo vio venir antes. Ice Cube, Dr. Dre y los demás "Niggas with Attitude" lo demuestran:

1 comentario:

Anónimo dijo...

juan, yo digo que nos vallamos a ligar a unas ñeras... a copilco! esta chido wey ...........auf der jagt