domingo, 15 de noviembre de 2020

Corona Capital a 10 años: Mi TOP 10

Desde hace diez años ininterrumpidos el Festival Corona Capital realizado en la Curva 4 del Autódromo Hnos. Rodriguez de la CDMX, es sin duda alguna el evento de música en vivo que mejor puede rastrear mi historia e idilio con mamar musiquita LIVE: No sólo define actos que han logrado colocarse como entrañables memorias en mi psique, sino que extrapola todo lo hermoso e irrepetible de lo que es vivir un concierto en vivo y que hoy más que nunca parece algo lejano e irrepetible. 

Este sábado y domingo del año 2020, habría sido el fin de semana de ese entrañable y profundamente memorable Festival, al cual por primera vez desde que inició nadie acudirá, por temas obvios relacionados con otro tipo de coronas y significativamente, poco capitales.

No quiero, sin embargo, dejar de homenajear la felicidad y dicha que cada entrega me ha dado desde que se instauró, así que pues para añorar con hermosa nostalgia, aquí presento a los 10 mejores actos que me ha tocado ver desde su primera edición y los cuales me han desde conmovido hasta la lágrima, sacado mi versión más bailadora o cuando menos un mínimo momento de genuina e irrepetible felicidad entre mis mejores amigos, parejas y hermanos.... Despertar al día siguiente sin voz siempre era señal de que se había mamado el Corona con dignidad (sendas disculpas a todos los que me han tenido que soportar cantando hasta reventarles los tímpanos). 

Como dijera el maese Wobbie Rilliams, hace dos años al cerrar el festival: Let Me Entertain You...


 



10. Robbie Williams (2016)
Sonaba a burla que cerrara el festival. Al final rompió los esquemas y se metió en el papel de aquel show man que dominó al mundo 10 años antes. Cuando sacó a su papá (literal) a cantar Sinatra, de plano dije, chale hasta trajo a su ruco, que pinche dedicación y empeño, el tipo sabe tocar esas fibras sensibles, pero inolvidables.



9. Pixies (2010)
Suena feo decirlo, pero tocaron en la primera edición llena de caos y sonido mezclado y eso demeritó su presentación, pues era difícil disfrutar sus canciones, con tanto desmadre sucediendo a su alrededor (sumado a lo intranquila que estaba la gente pues la cerveza se acabó por horas, en un festival patrocinado por Grupo Modelo). Pero pues ¿qué más da al final?, eran los Pixies, carajo, por primera vez en México. Los vi atónito y de inmediato sentí que mi vida estaba planeándose desde hacía mucho para por fin, verlos juntos y hacerlos verdaderos héroes de los  miles que estuvimos esperándolos por años y un poco más.


8. Grimes (2016)
Reluciendo el poder en vivo de 'Art Angels' (su mejor disco para mí) la mujer asumió el papel de rockstar y regaló un espectáculo de luces y sonido, que hiponitzaba pero retaba hasta al más incredulo, a no querer adorarla.


7. Andrew WK (2018)
Algo que llevaba queriendo ver desde la secundaria. El amo y señor de la fiesta nos transformó en sus subditos y nos regaló por media hora la mera esencia de los que es la pura fiesta hasta guacarear.

6. Pet shop Boys (2016)
La decisión más tonta pero inteligente que tomé ese día que no quise ver a Air. Por el simple juego de lasers lo valió. Súmale la música de esas rolas que oía a morir en secundaria y no hay forma de no transportarme ahí de nuevo. 




5. Vampire Weekend (2013)
Fue bonito ver a un banda que añoraba ver en vivo desde sus inicios: Sorpresa mejor fue que sonaron aún mejor ese día que en aquel LP debút. No sorpresa: Todos quedamos fascinados con la maravillosa ejecución y absurda maestría de cada miembro.




4. The Hives (2012)
No es sorpresa que un concierto de la banda sueca por excelencia (sorry ABBA), sea un recital de puro 'pishi' desmadre: No apreciar maravillosas las payasadas y siempre excelsas ejecuciones de una banda que me hizo mover el esqueleto desde adolescente, es no sentir que estás vivo. No exagero ni tantito.






3. The Libertines (2015)
Me acuerdo haber visto salir al par de idiotas peleados por años y escuchar los primeros acordes de 'Can't Stand Me Now', se me enchinó la piel y me pellizqué para saber si era real lo que estaba viendo. Lo fue, fue todo lo que soñé que fuera y hoy en día sigo sin saber cómo pasó, pero pasó.




2. Arctic Monkeys (2013)
Venían justo con el AM salido del horno, un set furioso, lleno del derroche que caracterizaba a la mejor versión de los monos: La que estaba hecha para sonar en festival. He visto a esa banda 3 veces, ese fue el set más corto que me haya tocado, pero el más añorable: la mera versión condensada de la mejor versión de la banda de Sheffield, hasta la fecha.




1. Weezer (2019)
El plan era verlo con mi hermano, el plan no salió así. Lo ví solo, lo lloré, lo canté y lo sigo recordando como si hubiera sido ayer. El momento en que tiraron 'The Good Life' quise avisarle a mi yo de 15 años que se encerraba en el baño a llorar con su discman y Pinkerton sonando a todo volumen extrañando a su familia y amigos en un viaje de intercambio fallido, que se dejara de preocupar, pues 17 años después la vida se lo iba a recompensar.





...y sé perfecto que me faltaron muchísimos más (R que también que merecen un espacio conmemorativo. 
Otro día quizás hable de aquellos (Green Day, Run The Jewels, Miles Kane, Gary Clark Jr, son sólo algunos que me vienen a la mente de bote pronto también). 

¿El peor que ví? se preguntarán con cierto morbo. Claro que lo sé. Interpol en 2010, pero por cuestiones tremendamente personales.

Felices diez años Corona Capital.

(dedicado a la persona que toleró mis desplantes y groserías, hace 10 años, en el primer CC)

martes, 3 de noviembre de 2020

Retrasos, Testers y Polacos: A CYBERPUNK DRAMA.

 A ver, voy a explicar lo mejor que pueda porqué pasó esto, pues la banda anda muy densa en todo Internet y al parecer no entiende ni madres de porque se hizo:

Empecemos con que SI, es una mala noticia pues es la 3er vez en el año que mueven la fecha de estreno, pero lo que hay que entender a fondo primero es que el 'multi-release' que planean en CDPR, pues dicho de forma sencilla es algo inédito en la historia de la industria y reto enorme para cualquiera involucrado....
Me refiero a que son como nueve versiones diferentes, corriendo en sistemas y plataformas (cuatro al menos), que ni siquiera están disponibles aún para el público.
Son 21 días, pero a veces los más pinches complicados y estresantes, porque los developers no tiene el temple (ni las ganas), para irse a meter encontrarle bugs a un juego en el que llevan ocho años trabajando sin parar, pues esto casi como tu hijo y te piden que le encuentres defectos en tu educación como padre, to put it bluntly.
La chamba complicada le toca estas semanas extra, a un segmento de la industria que se contrata casi siempre via outsourcing y son los Testers, tipos con talento y capacidades probadas, para no solo ser buenos en un juego, sino entender y dominar especialmente donde y como detectar posibles fallas o 'bugs', que pueden desde ser algo mínimo, hasta crashear el code del juego completo si algún problema se les fue sin fijarse.
Tener la GOLD cert es dejar claro que el producto está listo, pero de ahí se empieza a trabajar en un 'Day 0' patch update que es TODO lo que los testers arrojan en reportes (casi por hora), de fallas a los developers antes del lanzamiento y la mayoría son corregibles sin mucha bronca.
El tema aquí, como empecé explicando, es la cantidad de versiones que estos polacos locos pretenden sacar al unísono, es algo jamás visto en la historia de la industria y algo que en mi opinión enaltece aún más su control de calidad como estudio de vanguardia, pues no quieren soltar el juego antes de estar seguros que TODOS van tener la misma experiencia, sin importar donde se juegue.
Son 21 valiosísimos días para una chamba muy tediosa y bastante complicada, pero cuando estás creando arte y tecnología al mismo tiempo, no te puedes dar el lujo de dejar no querer ser perfeccionista hasta donde puedas (o los inversionistas te dejen: las acciones de CDPR se han caído con cada nueva fecha de lanzamiento y se desplomaron con este último anuncio, por un ratillo).
Cyberpunk 2077 parece ser un RPG open world tan complejo hasta por su género mismo, que deben tener a un ejercito de ?Testers especialiastas incluso, en aspectos diferentes del juego.
To esto para hacer rendir el tiempo extra al máximo, porque créanlo o no cada minuto cuenta, pues es rasparle más hasta ver dónde hay fallas.
En lo personal, a mi entusiasma tanto empeño que parecen haberle puesto al proyecto y sigo creyendo que será un parte aguas y se colocará cómo el mejor video juego jamás hecho (hasta ahora), en TODA la HISTORIA. Si me equivoco acepto burlas y memes hasta que me hagan llorar, no problemo.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

I’m in love with Hammer Girl: la historia de 'The Raid'

Mi crush en 2014

Gareth Evans nunca imaginó que una inocente invitación a grabar un documental en Indonesia, lo llevaría algunos años después a revolucionar el cine de acción de forma fascinante e insospechada. 

En ese entonces Evans era un joven galés como miles otros, con un título de estudios cinematográficos bajo el brazo pero completa imposibilidad de dedicarse al séptimo arte. El originario de Swansea trabajaba en un 9-5 job, disfrutando su reciente matrimonio con una joven de ascendencia indonesa. 


Después de haber producido un cortometraje que no había obtenido gran popularidad, el cineasta parecía estar condenado a dedicarse a subsistir en cualquier cosa menos el cine. Pero la oportunidad de poner su talento a prueba llegó en la forma de una invitación por conducto de su esposa, para viajar a la tierra de su familia en Yakarta y grabar un documental sobre un desconocido arte marcial llamado Penkac Silat.


Cuando Evans hizo el viaje y comenzó a documentar con su cámara a los artistas marciales del Penkac Silat su vida cambió por completo. Se encontraba  maravillado ante la coordinación y movimientos de naturaleza artística que ejemplifican los maestros de esta disciplina. Quedó particularmente encantado con la maestría en la que la lente encuadraba de forma mágica a un simple mensajero de paquetería. Se trataba de Iko Uwais, quien en sus ratos libres se dedicaba a practicar y enseñar el Penkac Silat a jóvenes y adultos en su barrio. El no lo sabía aún, pero Gareth Evans estaba a punto de transformarlo en el próximo Jet Li.


El joven cineasta y su mujer se encontraban sin un centavo, varados en Yakarta, con una asignatura pendiente, sin embargo la decisión era obvia: Había que mudarse a aquel país y hacer un película con el innegable talento de Iko Uwais frente a las cámaras. El plan de Evans consistió en tratar de hacer una película financiada localmente, que pudiera tener un éxito moderado que lograra ayudarlo a concretar un proyecto de mayor impacto. Su idea rindió frutos y después de conseguir lanzar a Uwais como una estrella local con sus impactantes movimientos de pelea en combates cuerpo a cuerpo, puso en marcha el que sería su siguiente proyecto: ‘The Raid: Redemption”.


El británico había crecido adorando los filmes de gángsters, así como películas clásicas de Bruce Lee y la propia re imaginación en el cine de acción que trajera John Woo a inicios de los noventa. Ideó un guión sencillo donde pudiera explotar en diversas escenas, el talento de su protagonista, así como su maestría para emplazar la cámara en espacios cerrados y su fascinante ojo para editar secuencias de acción, como si se tratase de un veterano.


En ‘The Raid: Redemption’, Iko Uwais interpreta a Rama, un policía en una unidad especial, encargado de infiltrar un complejo departamental gobernado por un violento mafioso y su ejercito de matones expertos en kung-fu. La película se desenvuelve como un videojuego, donde el protagonista tiene que ir subiendo de nivel, enfrentando a villanos cada vez más diestros a la hora de los madrazos, pero que recompensan al espectador espectacularmente, poniendo verdadera tensión en cada una de las batallas.


Cuando llegó el festival de Sundance en el año 2011, no había una sola alma en todo Park City que no estuviera hablando sobre una pequeña película de acción proveniente de Indonesia; escrita, editada y dirigida por un completo desconocido con un nombre que no sonaba asiático.


 ‘The Raid: Redemption” se convirtió en un éxito rotundo. Desde que Chan Woo Park con ‘Oldboy’ o el mismo Woo años antes, cambiarían las reglas del género de acción, no se había visto una voz tan original brindado tanta innovación en secuencias de acción compactas pero hipnotizantes, la  clase que comúnmente hace decir al moviegoer gringo:”Fuck dude! Did you just see that?”.


Con una película de apenas 90 minutos y un presupuesto de risa para lo acostumbrado en las grandes producciones de Hollywood, Gareth Evans había pasado de ser un desconocido documentalista galés, a la voz más original en el mundo del cine de acción en años.


Gracias al gran recibimiento obtenido, fue que el director puso manos a la obra en la secuela de su laureada obra. Este año fue estrenada en Sundance, con aún mayor revuelo y éxito que su antecesora, ‘The Raid 2: Berandal”.


Retomando la historia justo donde termina la primera, esta secuela es en todo sentido superior a su predecesora y eso es algo que no debe ser tomado a la ligera. Siguiendo el concepto de BIGGER, BETTER, BOLDER, el británico nos entrega una segunda parte que re imagina el cine de acción y lo eleva a nuevo plano en el que las coreografías ensayadas se vuelven narrativas propias dentro de la historia, contando escalofriantes secuencias, con movimientos de cámara imaginativos que envuelven al espectador en la pelea con singular facilidad.


En poco más de 2 horas y media, ‘Berandal’ sigue nuevamente los pasos de Rama, quien esta vez debe infiltrarse en una de las mafias más peligrosas de Yakarta, con tal de no poner en riesgo la vida de su esposa e hijo y  que no sufran la misma suerte que su hermano, asesinado a sangre fría. La historia es mucho más compleja en todo sentido. Lo cual garantiza escenas de acción aún más arriesgadas y totalmente apantallantes. Evans no tiene miedo de hacer sangrar a sus héroes, ni abusar de la violencia gráfica en casi cada una de sus magistrales tomas. 


Hay una escena en particular donde la cámara de Evans logra llevar el Pencak Silat de Iwais a redefinir lo que comúnmente conocemos como una persecución automovilística. Esto es el postmodernismo de las ‘car chases’ tradicionales. Una secuencia que tiene que ser experimentada por su complejidad pero también por su perfecta ejecución: 

Con apenas 7 coches y dos cámaras RED rentadas de un altísimo valor, Evans hace un juego de fotografía handheld que va desenvolviéndose de forma fantástica, alimentando nuestra ganas de vitorear por el héroe.


Pero ‘The Raid 2” es mucho más, porque Gareth sabe que conocemos la receta, pero está vez quiere redecorar este pastel de gore con un toda una gama de ingredientes nuevos.


Sin duda alguna una de las mejores producciones del 2014 y quizás una de las mejores secuelas en la historia del cine. De forma inesperada este cineasta ha logrado darle una cara nueva a un género que aún no se cansa de poner a Stallone a madrearse a otros viejitos, menos mamados que él.


¿Y ahora qué viene? Evans ha dicho que hará una 3era parte de ‘The Raid” pero que definitivamente se tomará su tiempo en esta ocasión. Tiene proyectos atractivos en Gran Bretaña y Estados Unidos, que aunque aún no se acercan a grandes producciones, son definitivamente películas con un fuerte financiamiento detrás.

Evans podría dar el salto a Tinsel Town en cualquier momento y será algo que no sorprenderá a nadie. La verdadera pregunta al final será ¿Lograrán los grandes estudios cambiarlo, o será el quien lidere una nueva revolución dentro del cine  de acción hollywoodense?

lunes, 7 de septiembre de 2020

Resucitar la música en vivo en la ‘nueva normalidad’: Un reto nada fácil de afrontar.

Por qué fracasó el primer concierto distanciado en el Reino Unido?

FRANK TURNER EN SU REGRESO A LOS ESCENARIOS

Es imposible de ocultar, la Pandemia ocasionada por el Covid-19 sin duda tomó por sorpresa al planeta entero y una de la industrias del entretenimiento que se vio forzada a desaparecer prácticamente de la noche a la mañana fue la de los conciertos y música en vivo, pues realizarlos se volvió algo imposible, situación que hoy en día, continúa afectándonos a todos. Sin embargo esta nueva realidad ha permitido que en países como Inglaterra surjan iniciativas de artistas de enorme calibre como Liam Gallagher, Dua Lipa o el mismísimo Sir Paul McCartney, quienes junto a otros 1,500 músicos, a través de una carta abierta han abogado por el apoyo de la música en vivo en el Reino Unido durante este complicado 2020.


La carta también la rubricaron artistas de peso completo como Ed Sheeran, The Rolling Stones y Coldplay, quienes se dirigen a la secretaria de cultura de aquella nación, advirtiendo del impacto que la crisis sanitaria tendrá en los artistas y lugares donde habitualmente son realizados cientos de conciertos al año.


El documento habla de las “insolvencias masivas”, que ya han comenzado ha sentirse en todos lados, pues la posibilidad de tener conciertos y festivales con audiencias absolutas, se espera según la mayoría de los expertos en el tema, que sea algo que pueda suceder hasta ya bien entrado el año 2021, cuando se prevé se tenga ya una vacuna lista a gran escala, en gran parte del mundo.


No es ningún secreto que la industria de la música en vivo ha sufrido grandes perdidas económicas a lo largo de estos meses, con altísimas tasas de desempleo en diversas ramas: desde la gente que trabaja en los diversos venues (seguridad, afanadores, personal de limpieza, etc.), hasta agencias y promotores de nivel internacional, que se la han visto negras para poder continuar haciendo su trabajo en un mundo sin conciertos.


La carta dirigida a Oliver Dowden, secretario de cultura, explica que el futuro de la industria luce muy oscuro aún y solicita apoyos económicos para los empleados que dependen de ella, así como también un plan realista de como comenzar a lograr a tener conciertos, aunque sea con una audiencia reducida. 


Dua Lipa, por ejemplo, expresa que se encuentra muy orgullosa de haber comenzado su carrera en clubs pequeños y lugares para artistas emergentes, por lo que entiende bien la difícil situación de tantos artistas a nivel mundial y la gente que trabaja en estos lugares.


Añade que, “la posibilidad de que otros artistas británicos emergentes tomen el mismo camino está en peligro si la industria no recibe el apoyo gubernamental que tanto necesita en el período intermedio antes de que todos los lugares, festivales y promotores estén listos y puedan operar de forma independiente nuevamente. "


El ex vocalista de Oasis explicó por su parte, que la necesidad de apoyo a la industria es necesario, quitando el impuesto a los boletos en conciertos con distanciamiento social, pues explica que "los conciertos increíbles no ocurren sin un equipo increíble detrás del escenario, pero todos se quedarán sin trabajo a menos que podamos volver a hacer lo que amamos”.


Es un hecho que los conciertos masivos como los recordamos hace apenas unos meses, hoy son aún un sueño distante pues expertos en la industria como el mismo co-fundador del legendario festival Lollapalooza en Chicago, Marc Geigher, coincide en que para que  las cosas regresen a una relativa normalidad, falta todavía un buen trecho, (vaticina incluso el 2022 como fecha realista).


Y para muestra una botón: el caso de la banda norteamericana Smashmouth fue bastante sonado apenas el mes pasado, pues ignorando absolutamente todas las recomendaciones sanitarias de los expertos, decidieron realizar un recital para miles de fanáticos en el Sturgis Motorcycle Rally en el estado de Dakota del Sur, sin ningún tipo de distanciamiento social. 


“Que se joda el Coronavirus, hoy estamos reunidos todos aquí esta noche.”, expresó desde el escenario el vocalista de la agrupación. ¿El resultado? Mas de cien infectados confirmados que asistieron y miles de emails de odio que fueron enviados a la banda en días posteriores.


La solución más próxima parece ser entonces intentar realizar conciertos, tratando de buscar respetar al máximo las medidas sanitarias, o eso es lo que ha comenzado a suceder en países como el citado Reino Unido.


Tal ha sido el caso del cantante y compositor Frank Turner, quien aprovechó que el gobierno en dicho país escuchó la petición de los artistas y desde hace unas semanas comenzó a permitir actos en vivo nuevamente. “Se suponía que la audiencia no debía cantar”, explica Turner, debido al peligro de propagación del coronavirus. “Si la multitud empezaba a alzar la voz, tenía que decirles cortésmente que se calmaran, lo que realmente va en contra de mi instinto de actuación. Incluso traté de "tararear" en un momento “. Una situación sin duda inusual para cualquier artista acostumbrado a tener a miles de fanáticos coreando sus éxitos cada noche.


Sin embargo, el riesgo de contagio y no poder corear canciones en vivo no son los únicos problemas que encaran los artistas en este regreso a los escenarios, el mismo ministro Oliver Dowden anunció ayuda financiera para diversos recintos y auditorios de música, buscando apoyarlos a solventar la crisis, pues los conciertos que se lleven a cabo a partir de ahora y hasta que nuevas medidas sean anunciadas, deberán seguir estrictos protocolos sanitarios y de distanciamiento social, lo cual se traduce en logísticas más caras y una menor venta de entradas, para evitar los peligrosas aglomeraciones de fanáticos al interior de los recintos.


Keiron Marshall, promotor de conciertos en el sur de Londres, explica que estás nuevas medidas han permitido realizar conciertos con apenas el 18 por ciento de capacidad, para lugares que pueden albergar hasta 250 asistentes, con apenas 47 personas permitidas al interior. 


“El distanciamiento social no significa que se divida el espacio en metros cuadrados”, explica. “Significa operar de forma segura con todas las mesas reservadas. Si todos los asientos estuvieran reservados en burbujas sociales, tal vez podríamos tener 60 personas en la puerta, pero no se puede discriminar a alguien que llega solo o viene en pareja que ha reservado una mesa para cuatro. Y con nuestro servicio de mesa de operaciones en el lugar por primera vez, la capacidad se reduce aún más “.


Sin embargo, no son solamente los venues más pequeños los que se encuentren sufriendo para adaptarse a esta ‘nueva normalidad’: "Todavía no sabemos cuándo se levantarán las reglas para que las presentaciones en vivo incluyan a todo el público", dice Louise Halliday, directora de asuntos externos del Royal Albert Hall. “El gobierno nos ha dicho que van a revisar las reglas de distanciamiento social en noviembre, pero el esquema de retención de empleo termina en octubre. Esa es una brecha realmente peligrosa para nuestra industria”.


Con el distanciamiento social la capacidad del recinto se ha reducido también a tan solo un 36 por ciento, cuando normalmente para considerar una ganancia para todos los involucrados en un evento, es necesario contar con al menos un 80 por ciento de venta en las entradas, según sus cálculos. 


“Estamos tratando de planificar eventos y recuperar a todo nuestro personal sin saber cuándo volveremos a las operaciones normales. Y si hay un segundo brote y tenemos que cerrar nuestras puertas nuevamente, no vamos a estar asegurados. Así que el riesgo de organizar eventos, incluso cuando se elimina el distanciamiento social, es enorme.”, aclaró.


Volviendo a Frank Turner, su concierto resultó ser el primero en el Reino Unido en realizarse bajo estas nuevas medidas sanitarias, y en sus propias palabras describió la experiencia atípica como “maravillosa pero extraña y profundamente conmovedora”, aunque admitió sin reparo que esta solución no es de ninguna forma el milagro que salvará a la música en vivo, como quizás algunos sueñan ya. 


“Tan divertido como fue, tan conmovedor como fue, y tan importante como fue hacerlo, este no es un modelo que iba a salvar lugares o presentaciones en vivo”, detalla Turner.


Plantea también, que “lo que parece suceder una y otra vez, ya sea que tenga que ver con el concierto que hice en el Grand o las conversaciones que he estado teniendo sobre tratar de organizar espectáculos de campamentos al aire libre socialmente distantes, es la gente del gobierno que está tomando estas decisiones tienen casi cero conocimiento o comprensión de cómo funciona la industria del entretenimiento ".


Esta teoría la reforzó la propia manager del Clapham Grand, Ally Wolf, recinto donde Turner realizó su recital, pues ella piensa que aunque se ha logrado “abrirnos para una presentación en vivo, este no es un evento precedente para nuestra industria. Todavía se necesita más apoyo".


Dicho apoyo fue también exigido durante días pasados por trabajadores de la industria de eventos en vivo en aquella nación a través de la campaña #RedAlert, exigiendo a través de protestas en las calles, aún más apoyo por parte del gobierno pues la gran mayoría de los recintos simplemente no están logrando suficientes ganancias como para darse el lujo de traer de regreso a todo su staff, menos aún pagarles un salario digno de su esfuerzo y talento. 


Wolf concluye que su industria brinda un valor enorme a la economía, pues otorga trabajo a la gente y encima experiencias de entretenimiento únicas. “Hay una gran cantidad de aspectos positivos asociados a lo que hacemos, y no solo a la música en vivo, todos los lugares que ofrecen todas las formas de entretenimiento. Tenemos que reconocer eso “.


Es un hecho que la situación que atraviesa actualmente el Reino Unido es muy similar a la del resto del mundo, donde aún se siguen probando nuevas ideas que ayuden a los artistas a tratar de recuperar el espacio musical en vivo que fue arrancado de tajo por la Pandemia: desde conciertos en modalidad virtual (pagando una cuota por ver el evento desde casa), hasta algunos que lo han hecho a través Drive-In con automóviles (como el realizado hace poco por artistas como Moderatto, en nuestro país). 


Sin duda las ideas y experimentos continuarán, tratando no solo de devolverle la dicha a los fans y volver a escuchar a sus artistas favoritos en vivo, sino también buscando que la enorme cantidad de trabajos, grandes y chicos que dependen de esta titánica y hoy herida industria, puedan seguir teniendo manera de subsistir.


Todo esto, por supuesto, mientras continuamos añorando, que más pronto que tarde, volvamos juntos en todo el planeta a tener la oportunidad de disfrutar, coreando a todo pulmón y en medio de una multitud, la experiencia mágica de la música en vivo, realidad mística y sin igual que nos une como especie desde hace miles de años y que lo continuará haciéndolo por miles más, pues de eso estamos todos seguros.


(TEXTO PUBLICADO ORIGINALMENTE PARA https://www.gunkmusicmag.com/)



domingo, 24 de mayo de 2020

El genio de RuPaul's Drag Race (o el brillante no conformismo, a dejar de creer en nosotros mismos).





Sin miedo a equivocarme, estoy bastante seguro que al menos uno de los pocos placeres ocultos que ha logrado traernos el obligatorio confinamiento a nuestras casas durante este extrañísimo y desmotivado 2020, ha sido la constante necesidad de sentirnos con derecho a ocupar nuestras mentas ansiosas y llenas de angustia, con contenidos diversos y casi infinitos, que hoy por hoy nos ofrece el entretenimiento digital del siglo XXI.

A veces pienso en que si la pandemia hubiera sido en el año 2000 y no en este 2020, ya estaríamos bastante hartos de ver los mismos cincos casetes en VHS y alucinaríamos tener que volver a ver las mismas escasa opciones una y otra vez, ad naseum. En mi caso estoy seguro ya estaría viendo Scream y Jurassic Park por quincuagésima ocasión.

No obstante, el panorama para casi todos es afortunadamente mucho más alentador y por singular suerte nos tocó estar encerrados sobreviviendo a un mortal virus global, en la era más prolífica y variada del entretenimiento audiovisual de la historia humana y esto en mi caso y quizás en el tuyo también, me ha permitido adentrarme en libros, series y películas, que quizás en cualquier otra circunstancia, no habría tenido forma de atreverme conocer, pero sobre todo apreciar y disfrutar al máximo.

Sin más preámbulos, un caso muy específico para mí estas últimas semanas fue que través de Netflix, logré descubrir de forma clara lo brillante y único que es el reality show concebido, creado y presentado por el actor, modelo, canta-autor, escritor y sultán de las Drag Queens en todo el mundo, RuPaul Andre Charles, mejor conocido simplemente como RuPaul para el resto de los aburridos mortales como yo y tal vez tú también.

Lo digo sin miedo a equivocarme: Aunque por mucho tiempo escuché sobre lo singular y atractivo de su show insignia 'RuPaul's Drag Race', jamás en el pasado me sentí interesado en investigar a fondo porque existía una la fascinación cultural con algo que distancia es más fácil juzgar como un ofensivo show para espantar mochos, panistas y abuelitos persignados, que de verdad buscar trascender de forma bastante inteligente como en realidad lo hace, no sólo dentro de los parámetros de lo que es considerado entretenido para el formato, sino mucho más allá: Inspirar a cualquiera (y de verdad digo a quien sea), a jamás quedarse satisfecho ni conforme con el desarrollo íntimo de la personalidad que nos da identidad plena en este bonito caos llamado estar vivo.

Pero sobre a lo que buscamos a veces de forma silenciosa y poco atinada proyectarnos de forma sincera ante el mundo y su a veces casi inamovible status-quo. Sin importar en lo absoluto nuestro género, preferencia sexual, color de piel o condición socioeconómica.

Si crees que ya perdí la cordura por no poder salir de mi casa en tantas semanas, créeme que estoy completamente cuerdo al otorgarle mi absoluto respeto y admiración a un show que a simple vista podría parecer no querer más que escandalizar al más conservador de los padrecitos.

Si sigues sin entender mucho, te explico brevemente la premisa: Drag Race pone a competir a diversas personalidades con total visión artística pero sobre todo muy femenina a las participantes, conocidas coloquialmente como Drag Queens: Que en realidad, no son más que hombres que dedican casi su vida completa a lograr el escapismo social de transformarse en mujeres completa y totalmente. 

Pero bueno sin ahondar en tanto detalle, el rollo aquí se trata de básicamente de que compitan entre ellas de manera individual, tras el momento en que transforman al convertirse en su su versión drags, al asumir su papel de manera total, buscando ser irreverentes, originales y divertidas, pero siempre de forma chusca y sin duda original. La serie es bastante similar en cuanto a formato y edición, pero con con curiosos excesos que son más sutiles que alarmantes, aderezando encima con un toque familiar pero sorpresivo de glamour hollywoodense.

Sin buscar detallar más ni querer entrar en terreno de spoilers, el contexto lúdico no es en sí más que un reality técnicamente bien realizado, pero que pretende y logra ir mucho más allá de eso, casi siempre con un contenido y mensaje muy inteligente, pues es a través de diversas pruebas de personalidad, estilo y talento artístico, que RuPaul decide quien es es la Draga mayor y absoluta, y quien al final de temporada tendrá el privilegio y honor de ser vista como la más autentica y admirada de todas, sobre todas por las otras ardidas que no ganaron.

Antes de creer que me llama la atención ser Drag Queen, lamento informarte que no va por ahí el asunto, no me imaginaría ni en ni el peor mal viaje de LSD, vamos si quiera usar una peluca o todavía peor: maquillarme de forma tan minuciosa y detallada mis facciones faciales. Simplemente no es algo que me llame la atención explorar de forma individual, no es lo que trato de contar aquí.

Lo que si confieso sin reparo ni pena es que al otorgarle una oportunidad (no llegue ahí solo, pues quien me recomendó verla es alguien cuyos gustos y aficiones considero espectaculares y totalmente confiables), es que logré apreciar de manera muy especial lo que busca mostrar, al empezar a entretenerme de forma, primero culpable, pero después completamente gratificante, con cada nuevo capítulo que ví de las primeras tres temporadas (creo que ya van en la 11).

Sin embargo, lo que me interesó fue un detalle muy particular y especial que necesito explicar y detallar, pues aunque el estilo y formato guarde similitudes claras con las de cualquier otro reality, es en los clásicos cortes a entrevistas con las participantes, pero en su modalidad de seres humanos comunes y corrientes (es decir, sin disfraz de mujer, sin pelucas, diamantes, tacones altos, ni glamour), lo que de verdad capturo mi interés y me dio un inesperado golpe de autoconfianza, sin buscarlo de verdad en los absoluto.

Lo que trató de explicar, es que al ver la forma tan particular en la que las entrevistas de los participantes contrastaban de forma opuesta con sus alter egos en modalidad de Drag Queen, noté un detalle muy especial que me dio a entender claramente, que es lo que hace diferente a este concurso/show de cualquier otro: Es la capacidad de lograr generar suficiente fortaleza mental para que al verlo, jamás puedas volver a tener miedo alguno a querer desarrollar y explorar constantemente quien eres y lo que quieres proyectar tanto a en tí mismo, como en todos los que te rodean en tu entorno.

Dicho de otra forma, es en los momentos cuando los participantes justifican durante las entrevistas la acciones de sus personajes glamourosos y femeninos, que uno casi inmediatamente capta como contrastan las personalidades entre el personaje de la draga y el individuo común y corriente.

Quizás piense que estoy mal y estás en todo tu derecho, quizás sea solo un detalle que a muchos les costaría trabajo aterrizar en un plano de empatía real, pero yo logré llevarlo a uno particular y confiable, el de la de ñoñez.  El cual me permitió ubicar claramente porque la necesidad de creación y desarrollo de un personaje ciertamente ficticio pero sin duda más profunda, les permite llevar a sus susodichos alter egos a un estado de confianza y absoluta realización como seres humanos plenos y felices, en mi caso me refiero aquí específicamente a los malditos y hoy tremendamente populares súper héroes de los cómics, el cine y la TV, que han sido muchísimas veces quienes me inspiran a creer e imaginar siempre, desde que era un chamaco con dientes de leche.

De verdad no exagero ni busco ser pretencioso cuando digo con honestidad que es admirable, pero sobre todo muy inspirador, ver que aunque yo no comparta la afición por usar tacones y vestidos como ellas/ellos, si conecté de forma rápida con la oportunidad que la creación de un personaje alterno les da: No es algo más que la un chance de poderse volver a reinventar como seres humanos.

Sin miedo a prejuicios, estigmas o lineamientos sociales, que a veces nos carcomen la confianza y el autoestima sin darnos cuenta y nos derrotan cruelmente, antes siquiera atrevernos a intentar a vivir.

Las drag queens encontraron una forma de darle al blanco en materia filosófica y revertir sus traumas, pues es tremendamente loable que con su forma de ser al transformarse en ellas: Construyen y complementa el pedazo de personalidad que la sociedad no les permitió ser a fondo, cuando alguna vez en su pasado quizás lo quisieron y fracasaron. Pero es a través de maquillaje, botas y faldas cortas, que logran encontrar a través del show de RuPaul como medio catalizador y exponencial, lo que logra hacerlos sentir que mientras son drags plenas, tienen forma de explorar al mundo de una manera distinta y gritar a todas luces que su existencia importa, sin importar lo que opinen los demás.

Menciono el caso específico de los super héroes, pues como dije, a mi me remitió a eso de forma casi inmediata: A través de su personalidad alterna ellas logran desenmascarar quienes son por dentro y de alguna manera liberarse física y mentalmente de la negación y el miedo a querer ser más, a través del quizás sencillo pero muy valiente hecho de atreverse a crear un personaje de invención completamente propia y personal, que les logra dar esa segunda oportunidad en la vida. De por fin intentar ser todo lo que normalmente uno no puede ser por los mismos trabucos, tabúes y convenciones que a veces nos trata de hacer creer e imponer la propia sociedad.

En un ejemplo completo aterrizado a mi realidad de ñoño, no me costo trabajo relacionar las concursantes de RuPaul con un tímido y retraído Peter Parker en los cómics de Marvel. Un desesperante teto nerdo que no logra ligarse a una chava ni para salvar su propia vida, pero cuando se pone la máscara y se convierte en el sorprendente Spider-Man, (más allá de los super poderes radiactivos), alfora de forma total el otro lado de su personalidad: Se transforma por completo en un tipo elocuente, irreverente, muy care free y siempre seguro de sí mismo y lo que debe hacer para conseguir lo que quiere...

Sin ir más lejos y no profundizar de forma absoluta en la filosofía positiva de lo que para cualquier ser humano con ganas de seguir reinventándose y descubriendo que y cual es su lugar en este planeta, dicho de forma sencilla es lo que siento que sucede con las drags que concursan en RuPaul's Drag Race. Es sencillamente una oportunidad para reinventarse y enseñar otra faceta distinta de su personalidad y forma total de proyectarse ante el mundo.

Quizás la lección detrás, es que el empoderamiento genuino que les otorga transformarse en Drag Queens, es como repito, muchas veces lo que yo he encontrado en la dualidad que forman el lado de la personalidad que casi siempre mostramos y el otro más oculto, que muchas veces solo quiere salir a demostrarle al mundo de que está hecho en verdad, como sucede también con Eddy Brock cada que se convierte en Venom, valga la ñoñez de mi analogía.

No dudo  que más allá de lo divertido y chusco que puede resultar el show para cualquier audiencia, lo que más capturó mi atención es la invaluable lección de confianza y auto estima que debe dejar a cualquiera que haya dejado de creer que nunca es tarde para dejarse de reinventar, para creerse Spider-Man, para sentir que si  un RuPaul metafórico, al menos te da la oportunidad,  todos estamos siempre con derecho absoluto de seguir explorando como nos sentimos y nos respetamos, pero muy por encima: como queremos que el mundo nos perciba y reconozca como individuos únicos e irrepetibles a nuestra manera.

A lo mejor no coincidas conmigo y más bien creas que el encierro me ha hecho delirar y escribir cosas absurdas, pero gracias a este desesperanzada y casi siempre confusa cuarentena, hay de pronto pequeñas recompensas difíciles de discernir a primera vista y una de las mías, fue poder descubrir y disfrutar un programa de TV que jamás en la vida hubiera entrado en mi radar, sino hubiera sido por las circunstancias actuales que no toca vivir ahora.

La lección al final del día que dejan las Drag Queens de RuPaul para mi es bastante sencilla pero sobre todo reconfortante: No importa quien seas, de donde vengas o los miedos que a veces sientas que son el escudo que te protege de que la sociedad te lastime. Jamás es tarde para buscar terminar de desarrollarte como ser humano, pero sobre todo jamás será tarde para creer que siempre estás a tiempo y en total momento de terminar de entenderte, pero que el mundo entienda y respete quien  y como eres, porque te los debe, por que tienes derecho a sentirte feliz de que estás todavía aquí existiendo.

Hoy y ahora, son los mejores momentos para empezar a volver creer que todo es posible mientras no dejes de creer en todo lo que muchas a veces ya no es imposible volver sentir, pero pocas nos atrevemos a demostrar.

Ojalá tu también estés encontrando detalles efímeros en las cosas que hoy más que nunca nos hacen en creer en la humanidad y este futuro medio incierto para todos, aún.

Para mí fue toparme con algo que jamás creí que me daría esperanza: Un show de drag queens con atuendos provocadores y exóticos, quienes sino te inspiran al menos un poquito te prometo, lograran provocarte bastantes risas.

No es difícil descifrar porque RuPaul se sabe un genio y el mundo entero se lo ha sabido reconocer.

Y pues digo, si el se la creyó ¿por qué no te la vas a empezar a creer hoy tu también?