martes, 21 de diciembre de 2021

Mi reseña (SIN SPOILERS) de la grandiosa docu serie 'The Beatles: Get Back' de Peter Jackson, exclusiva del Disney Pluto+ (so get ready for the ultimate mame on this shit, mate)





Ok, opinaré sin darle mucha vuelta, pues más que nada quiero que esto sea una opinión que logre convencer a cualquiera (fan o no) que si vale la pena clavarse ocho horas en este viaje tan loco y divertido, pero el punto al final es el siguiente:

Por favor, véanla y gocen cada minuto de esta joya documental o sean unos necios imbécil todos asnos incultos e ignórenla, a mi no me cambia nada en realidad la vida. Pero adelante, Prívense ignorantemente de algo único e inédito en la historia del arte moderno, observando cual si fuera ayer archivos y restored footage completamente mejorado visualmente y también en audio, usando las ultimas y más modernas técnicas de digitalización mejorando la calidad de resolución, hoy disponibles hoy en el cine en Gral. lo cual hace disfrutar y absorber hasta el ultimo detalle y exprimir cada gota de genio puro: cada pelea, cada acierto y gozo, simple cada nota, cada acorde o base de ritmo en estado de gestación puro que sale de los instrumentos e incluso hasta cada chiste local entre cuatro amigos que se nota más que colegas de trabajo, lo que los hacia tan especiales juntos era su cariño el uno por el otro y su deseo por ser mejores con ayuda de tus compañeros más admirados y queridos.

El neozelandés Peter Jackson está mostrando mejor que nunca aquellos míticos ensayos que se sabía sucedieron pero nunca nos habían querido enseñar todo el proceso creativo que en el fondo los hacia generar magia auditiva con sus composiciones y letras, trabajando juntos en un estudio improvisado o profesional.

Es justo afirmar que aquí queda más que claro porque son considerados por tantas generaciones y expertos en casi cualquier otro genero musical como sencillamente la banda más creativa que han existido hasta hoy en TODA la maldita historia de la música contemporánea del ser humano (o al menos que tengamos grabaciones de su legado para disfrutar por la eternidad, pues el sentimiento general que provoca a un fanático poco clavado o muy hardcore, da lo mismo sobre el legado del legendario cuarteto de Liverpool al verlos juntos una vez más y así finalizar con run rotundo éxito su última gran obra maestra antes de la dolorosa separación que se sabía era ya casi inevitable por diversos temas entre ellos mismos, es de las cosas más gratificantes que haya visto en una pantalla en TODA mi ida,. Es con todo derecho mi deber contar a todo que SIN DUDA es una genial película y de lo mejor que ha puesto Disney Plus o cualquier servicio de streaming en la historia a sus usuarios,


Es el legado que se absorbe como casi vivo sobre los últimos pasos de gigante del artista musical más respetado de todos los tiempos una sencilla banda de orígenes humildes que lo que quería en un principio era hacer música y divertirse, no cambiar la historia de la cultura humana, aunque supieron asumir el rol que los tocaba, pues son más que una banda de rock inglesa, mas que una agrupación componiendo melodías y letras en una escala pentatónica como base, son la esencia de lo que somos como raza humana y lo increíble que nuestro genio puede alcanzar en momentos singulares de la historia como el que ellos vivieron y dejaron para la posteridad: aquí se detalla como nunca antes un talento musical tan prominente y natural, que no por nada siguen siendo tan vigentes y respetados en todo el PLANETA como casi hace 45años , pues es claro que todo mundo los ubica o ha escuchado su nombre alguna vez, dad su crucial importancia musical.

Muchas cosas ya son creo que bastante conocidas por cualquier que se diga fan de la banda o chance del rock and roll, pues es una serie documental particularmente extensa e imposible de ver casi en un sola sentada, aunque seguro habrá quien si pueda da igual al final, lo que más vale la pena es que el resultado sea como se vea, se siente como una idea muy bien desarrollada, y pensada hasta el mínimo detalle por un genio de la dirección cinematográfica como el ganador del Oscar pues se nota que además es distinta y honesta la forma de divulgar con absoluto lujo de detalle y respeto también, a las leyendas, que son aún, muchísimos aspectos que no conocíamos casi nada de cada uno de estos increíbles artistas y como cereza en el pastel de la famosa llamada Beatlemania de los años 60, y a final todo como con un sentido de mágico que se entiende absolutamente orquestado y curado magistralmente de la mano del vanguardista y visionario director de la saga de LOTR y El Hobbit.

Ahí nomás se los dejo de reflexión,... bueno no, let me meim a little more, ya me arranqué y sale el sentimiento de lo bonito que fue verlo para mí (y créanme que me tomo años clavarme en los Beatles, ni mis papás ni mi tíos ni nadie me los puso nunca de chavito, fue gracias a Universal Stereo y el gran Adolfo Hernandez Zepeda locutor de la hora de los Bitols cada mañana y noche aliviando siempre mi ira del tráfico de la ciudad de México. A largo de años muchos otros factores chicos y grandes, fue que poco a poco fui cayendo en su fanatismo hasta enamorarme de su música tanto cañón y en si de su vida completa: todo lo que hicieron como artista incluso después hasta McCartney sacando aún discos con música nueva y reinventándose aún en pleno 2021, pero fue juro fue ya en mis early 20s, así que no es que me den nostalgia de mi niñez, ni mucho menos su música, es otra cosa. Es magia y no se explica, se disfruta cuando la entiendes.
....y me sobraron todavía varias ideas en el tintero virtual para opinar y obvio clavarme en muchos detallazos y todavía más mamadas embarradas con mame y aderezadas con otro más mame y piquete de mamador nomás que sepa mejor mi descarga de ideas, pero eso mejor te lo dejo a ti cuando la mames completa, y yo que se no que no es nada necesario tampoco relatar con tanto detalle aquí, para no arruinarle a nadie que se anime ahora la experiencia de entrarle con todo a 'Get Back' y devorar cada escena, plano, zoom o montaje a detalle para dejarte llevar por la narrativa y solo sonreír o reír, llorar, celebrar y cantar como adolescente hormonal con jubilo puro, cada detalle de esta enorme joya demencial del cine y la música en general. Vamos, sin ir más lejos una expresión magistral de lo que es TODO el arte en la historia humana. De lo que significa estar vivo y amar cada detalle de nuestra existencia compartida como seres humanos y finitos, pero capaces de trascender la mortalidad misma de su existencia efímera al compartir la magia de la música con las nuevas generaciones, que cuando es tan buena como la de los Beatles, jamás se hace vieja, ni un solo día. La muestra claramente es más que nunca esta gran docuserie, que agradezco poder haber visto In My Life, aunque haya tardado tantos años en salir a la luz,

Si salió y eso lo único que hoy importa más que todo, sbre todo en años tan triste y extraños como lo han sido los últimos para todos. All you need is love..and oh brother, no one tells that cliche of the human dilemma and it's search meaning in a confusing existence, better than The Beatles from Liverpool, United Kingdom (...with a little help from their friend more than fan: a suer movie genius creative called Peter Jackson)

domingo, 19 de diciembre de 2021

Navidad a la Bill Murray



 Publicado originalmente en Diciembre de 2013 para Revista Cuerdas -"25 años de Scrooged"

por Juan Pablo Castañeda Alcázar

Existen millones de producciones cinematográficas con temáticas navideñas. Las hay para todo tipo de personas y en casi cualquier género. Hace poco me puse a recapacitar sobre mi película decembrina favorita y no tuve que pensarlo mucho para tomar mi decisión: Scrooged.

Aunque de forma superficial podría considerarse una adaptación más del clásico de Charles Dickens ‘A Christmas Carol’, esta comedia con toques de humor de negro protagonizada por Bill Murray y dirigida por Richard Donner (mejor conocido por por Superman o los Goonies) logra ser convincente, como pocas.

Recuerdo haberla descubierto algún domingo durante las vacaciones en cine permanencia voluntaria de canal 5 y haber quedado rotundamente fascinado por la historia de Frank Cross. Un retrato de Ebenezer Scrooge transportado a los 80’s como el más joven presidente de una cadena de televisión en la historia. Parece ser un papel hecho a la medida del inconfundible humor y personalidad de Murray, quien se luce siendo un verdadero patán con cualquiera que se cruza en su camino.

 

Recibió críticas encontradas cuando fue estrenada hace ya 25 años, se trataba de la primera comedia que Murray hacía desde Ghostbusters y se uso mucho el gancho publicitario de venderlo como el reencuentro del actor con lo fantasmagórico.

 

Fue un proyecto inusual también para el director, quien justo filmó Scrooged como un tipo de descanso entre la primera y segunda entrega de otra gran franquicia de la época, Lethal Weapon. Tal vez se trataba de un sentido del humor demasiado crudo para la época, al sentirse una vibra pesimista y totalmente desalentadora durante el viaje de Frank por las navidades de su pasado, presente y futuro.

Pero la historia ha mantiene su encanto. El elenco que acompaña a la cinta hace un trabajo increíble, especialmente Carol Kane: un hada con gusto por golpear a la gente con tostadores, quien interpreta al Fantasma de las Navidades Presentes. Karen Allen (a quien muchos ubican como el love interest de Indy en ‘Raiders Of The Lost Ark’ y la asquerosa ‘Kingdom of The Crystal Skull’) tiene un papel discreto pero encantador. Hay cameos también muy chistosos, como los hermanos reales de Bill Murray en pequeños roles o Miles Davis como un músico callejero en las concurridas calles de Manhattan.

Hablando de música, esta se encuentra a cargo de Danny Elfman, quien casi puedo apostar uso como base este score, para transformarlo en algo mucho más elaborado cuando tuvo que volver a tocar una temática de Navidad oscura con Tim Burton en Batman Returns.

Aunque se trata de un producción ochentera, los efectos especiales siguen manteniéndose convincentes. Por solo poner un ejemplo, sin usar demasiado elaboración técnica, toda la secuencia con el fantasma de la navidades futuras sigue manteniéndose igual de oscura y tenebrosa que cuando se clavo en mi cabeza por primera vez siendo un niño en los noventa.

La historia hace que vayamos sintiendo el vacío existencial de Frank y su súbito renacer de forma bastante honesta. Se trata de una comedia que intenta en cada beat explorar aspectos oscuros sobre el verdadero significado de la navidad, pero sin ocultar del todo su mensaje de bondad y amor al prójimo.

Una joya poco apreciada, dentro de las millones adaptaciones del relato publicado has más de 145 años en Inglaterra, transportada a una ciudad de Nueva York con el mejor guía turístico que uno puede tener para ese lugar y época, el maestro Bill Murray. 

domingo, 11 de abril de 2021

Jean Luc Godard, el gran genio nonagenario.

A continuación un texto que escribí hace 10 años para el sitio EnFilme.com, conmemorando el nacimeinto de Godard, quien en diciembre próximo, llegará a los 91 años de edad. Capo de capos, el Monsieur. Enjoy!

Godard: conmemorando los 80 años del nacimiento del estandarte de la Nouvelle Vague.



Por Juan Pablo Castañeda.

Durante el tradicional ‘Governors Ball’ de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas el 14 de noviembre de este año, los miembros tenían preparado un premio honorario a manera de tributo para un genio cuyo octogésimo aniversario se celebró apenas el 3 de diciembre pasado. La estatuilla tenía inscritas las palabras: “Por la pasión. Por la confrontación. Por una nueva forma de hacer cine”. El hombre a quien homenajeaban aquella noche era el cineasta nacido en París en 1930, de nacionalidad francesa y suiza: Jean-Luc Godard. El talentoso realizador, como muchos lo anticiparon, no recogió el reconocimiento. 

Al igual que como sucedió en Cannes meses antes, el director y la obra que presentó, -"Film Socialisme": un caleidoscopio de imágenes, sonido y texto que viajan por la historia y la representaciones de las ideas, desde tiempos remotos hasta el Holocausto- fueron un tema que recogió comentarios por todo el festival. Sin embargo, el pionero de la cinematografía, brilló por su ausencia.

Probablemente Godard, se encontraba disfrutando del tranquilo ambiente en la villa de Rolle en Suiza, donde habita desde hace más de 30 años, teniendo una vida que jamás ha estado apartada del séptimo arte, pero que se ha mantenido completamente oculta de los reflectores de los medios dedicados a cubrir el escandaloso y caótico mundo del cine contemporáneo.

Hoy en día, por más recluido que el se encuentre, su manera de hacer cine sigue siendo tan experimental como la de cualquier joven de 20 años, que esté en busca de querer innovar el estilo de un narrativa audiovisual, saltándose el manual por completo, reinventando la reglas con cada nueva idea que salte a su cabeza.

Así fue también como inició la carrera del genio, estandarte de la llamada Nouvelle Vague francesa, cuya primera fase como realizador, va de 1959 a 1967. Periodo durante el cual se estableció como un prolífico cineasta, filmando 15 largometrajes en apenas 8 años, esto además sin tomar en cuenta los cuatro cortos que realizó antes de su opera prima, ni la cantidad de ellos que hizo entre las filmaciones de sus distintos proyectos, incluyendo por supuesto Le Noveau Monde que filmara para la antología de cine italiano RoGoPag en 1962, donde también participaron otros íconos del denominado movimiento neorrealista de aquel país como Roberto Rossellini y Pier Paolo Pasolini.

Pero para sus contemporáneos del nuevo cine francés, como Francois Truffaut,-quien abrió el camino con su trascendental “Les Quatre Cents Coups” para que se reconociera a una nueva generación de jóvenes hambrientos de hacer un cine distinto- Jean-Luc Godard fue siempre el irreverente. El tipo mal encarado que no podía de ninguna manera seguir las reglas. Etiquetado así desde que era chico, tuvo una niñez tranquila en una familia acomodada, y a muy temprana edad se obsesionó con el cine. 


Fue así como empezó escribiendo para diversas publicaciones como La Gazette Du Cinema y la emblemática Cahiers Du Cinéma, fundada por André Bazin. En esta gaceta cinematográfica diversos autores que después se encargarían de desarrollar la nueva ola del cine francés, llevaban a cabo críticas y discusiones sobre las diversas técnicas cinematográficas, pero también hacían alabanzas al estilo desarrollado por realizadores como Alfred Hitchcock y Howard Hawks en los Estados Unidos. 

Una vez que Godard hubo juntado los suficientes medios y favores, se emprendió a realizar el que a la postre sería su primer largometraje. Con Á Bout de Suffle quiso hacer una película que se beneficiara por completo de una flexibilidad total a la hora de filmar. La historia estaba basada en un guión de su compañero Truffaut y narraba como un ladrón de autos mataba a un policía y posteriormente intentaba convencer a una jovencita de esconderse juntos en Italia. Cuestiones como la iluminación o el uso de tripiés, dejaron de ser una preocupación para el realizador. Pero no solamente dejó a un lado los tecnicismos que la composición cinematográfica convencional le exigían,  sino que su manera de trabajar con los actores desde su primera realización fue completamente irreverente. El entonces joven cineasta descartaba por completo el guión que el mismo había adaptado del original y modificaba los diálogos y escenas en la trama conforme avanzaba la propia producción, dificultando la labor de los actores, haciendo muchas veces que el mismo director tuviera que gritarles sus líneas detrás de cámara, para que no las olvidaran. Incluso, había días en que cancelaba por completo la filmación si el director sentía que la inspiración para trabajar no era suficiente.  

Para Godard, la realización de una cinta guardaba la misma cantidad de significado que el propio estilo y contenido de la historia. Sentía que la cinta debía reflejar las condiciones bajo las cuales fue realizada y de esta manera se desarrollaba una estilo que permita al realizador acuñar una obra como algo personal. También dentro de la sala de edición se impuso un estilo nunca antes practicado, en el cual, al terminar con un corte demasiado largo del que le pedían sus productores, se decidió cortar tomas dentro de las mismas escenas, muchas veces rompiendo reglas básicas de continuidad poniendo en evidencia los convencionalismos del cine clásico como lo que siempre fueron: simples convencionalismos.

Á Bout de Souffle fue un éxito inmediato, tanto comercial como crítico. A tal grado que en su época se dijo que la película marcaba la ruptura definitiva entre lo que debía llamarse “viejo” y “nuevo” cine. Una imagen icónica se creó alrededor de este joven realizador quien al parecer estaba decidido a romper con los esquemas tradicionales, volviéndose un reconocido artista desde el principio.

Con el pasar de los años el francés iría rompiendo nuevamente las reglas y tratando de apartarse de estructuras que marcaban la pauta de lo convencional en cada nueva producción. Sin embargo para su segunda película ya contaría con la joven actriz que más tarde se convertiría en su esposa durante varios años: Anna Karina. En ella encontró a una musa con la que lentamente fue desarrollando un estilo sin igual para capturar los sentimientos y emociones encerrados en las expresiones y miradas de una mujer detrás del lente cinematográfico. Godard filmó a su entonces pareja en distintos papeles que explotaron su belleza y talento: desde la controversial Le Petit Soldat hasta la clásica Bande à part, donde somos participes de una de las más icónicas escenas de baile que el cine nos haya regalado. De hecho sería de esta última producción de donde Quentin Tarantino tomaría años después el nombre de su compañía productora “A Band Apart”, a manera de homenaje para quien considera es una de sus más grandes influencias.

En realidad, es bien conocido que uno no puede sentarse con cineastas de la talla de David Lynch, Gus van Sant, David Cronenberg o Jim Jarmush, sin que citen a Godard a los pocos minutos como una de sus mayores influencias. Su legado en los realizadores contemporáneos es tal, que el español, Pedro Almodovar ha dicho que considera a Godard “un compañero intelectual” que lo ayuda a pensar mientras está en el set.

Para profundizar sobre la vida y obra del genio francés necesitaríamos de mucho espacio: su discurso político, sus ganas de siempre querer decir las cosas a su manera, su completa influencia en las películas que se hacen hoy.  Aún así, resulta necesario sentarnos a reflexionar sobre el impacto que esta ha tenido, a lo largo de los años en el mundo del cine contemporáneo. Sin lugar a dudas, por la continuidad de sus producciones no hay que preocuparnos: ya que con todo y sus ochenta años encima, Godard es un prolífico genio que no dejará de reinventarse año con año, hasta que el último aliento de creatividad haya dejado sus pulmones.

WEEZER EN MÉXICO, 2005: LA HISTORIA DE MI CONCIERTO FAVORITO EN LA HISTORIA, NARRADA EN UN PRÓLOGO Y 4 SINGULARES ENTREGAS.



La cita de una entrevista al parecer sin contexto, que aprecian arriba una hecha unos años hecha por el periódico Mi leño, perdón Milenio, Mis ñeros. La cual me topé apenas hace unos meses, al tratar de conocer más sobre la banda chilanga 'Little Jesus' (que merece ser discutida a fondo después, lo prometo). La descubrí en una clavadas de obsesión periodística por su sonido, el cual admitió que sin lugar a dudas ha sido de los que más he disfrutado durante los últimos años y mas ahora en esos tiempos de soledad pandémica, que hoy sigue aún pareciendo interminable, pero  resulta efímera en la memoria a largo plazo, dicho sea de paso, ya no soy tan chavo como creo. 

Particularmente sin ahondar en el mame desgraciado de algo que requiere emoción y detalle, pues estos cabrones suenan sencillamente suenan a todo lo que siempre me ha gustado de las bandas de rock en cualquier idioma que me las tope pero sin dejar al mismo tiempo, de dejar que se note que siempre suenan a ellos mismos: siempre con originalidad y todo el tiempo tratando de arriesgarse a sorprender en con sus rolas, aunque sea con en un arreglo esporádico, un coro a dos voces, o un simple redoble de  batería discreto pero atinado. Con audacia al siempre atreverse a crear composiciones totalmente suyas, pero igualmente universales para cualquiera que lleve escuchando rocksito como yo, desde que era un vil chamaco (no es de a grátis su éxito, pero de ellos no va el mame esta vez). 

La respuesta que dieron a ese pregunta me encantó ("Concierto inolvidable,"), fue Fernando el lead guitar de los 'Pequeños Yisus',  pues sin titubear soltó la misma que hubiese dado yo y me inspiró a escribir esta historia al transportarme, sin querer, directamente a ese día otra vez: El concierto de Weezer en el Palacio de los Deportes, un 21 de Septiembre del año 2005. La primera vez que vino a México una de las bandas que más admiro y adoro en la vida, a tocar en vivo al fin. 

Quizás para Fernando, por las razones que el haya tenido, fue algo que atesora de manera singular pues en no dudo fue algo inspirador, que quizás años después lo ayudó un poquito de inspiración, al desarrollarse como gran músico convertirse en un talentoso miembro de una de las mejores bandas de rock chilangas de la actualidad para mí.

En esta la opinión de su humilde narrador de ocasión, para mí es en una anécdota entrañable que aunque no tenga otro mayor protagonista más que la música en vivo y su sentido en la vida para alguien que la extraña, es en los personal también una historia divertida y quizás hasta esperanzadora, que me late hoy mas que nunca volver a recordar y contar sin prisa. 

Sobre todo hoy en día, pues no cabe recordar que algo tan bonito que jamás creímos ver comprometido en nuestras vidas, la magia de la música en vivo juntos con las fotografías que se graban en el memoria por siempre al verlas y cantarlas y gozarlas junto a otras miles de personas (o quizás exageré), son algo que con añoranza y tristeza, les recuerdo que aún llevamos casi año y medio (desde Marzo de 2020 para ser precisos), sin poder volver a disfrutar otra vez Big Jesus (osea Diosito o algo), manda.

Así que pues sin más preámbulos, ya les dejo claro esto: Este es solo el prólogo de la historia de la experiencia mía y de tres personas más que quiero mucho y arrastre a ese concierto, de uno de los recitales de música en vivo más chidos a los que he ido en mi maldita.vida (y eso que he ido como a tres, así que se de que hablo chamacos): Primer concierto de Weezer en el Palacio de los Deportes, un 21 de septiembre de 2005.

Solo quiero que quede claro que para para entender un poquito más el contexto y significado de dicha ocasión es preciso primero remitirnos al año 2001, para despejar cualquier tipo de duda, sobre los hechos que sigan tras esto: Corría el primer año de secundaria para mí y descifrar de lanada "algo" que no sonaba a lo que estaba de moda fue revelador a madres. Una banda por demás rara a mi oídos y ojos, pero con un sonido y música placentero, una imagen rara pero familiar a la vez sin dejar de lado lo agradable. 

Fibras que rozaron en a mi sensibilidad artística de puberto, aterrizando en mi universo personal, con un gran producción de  video en el canal de cable MTV (se llamaba así por Music TV, chavos de hoy). Aquello no lo exagero: Pues hizo un boom explotando como bestia sin control, el poder armónico que claro estás desentonaba por completo con el estruendoso ruido distorsionado del riff de guitarra Flying-V, del lead singer aquella rola, que capturó mi atención por completo, como pocas en el vida (aunque hoy en día no este ni cerca de ser de mis favoritas,) 

Se trataba claro está de 'Hash Pipe' ,primer sencillo (y retorno, milagroso, según sabría algunos años después), del llamado 'Álbum  Verde'. Segundo disco homónimo de estudio y tercero en su carrera musical, de aquella banda del sur de californiana liderada por un escuálido tipo con aspecto más bien fresón (o fifí quizás diríamos hoy, yo y o ustedes, en al mágico argot de nuestros tiempos de ñiñez).Pero sobre todo en realidad con actitud de ñoño con jeta de nerd:  Lentes de pasta gruesos, ropa preppy y una vibra mucho más tímida, que retadora aún en ese entonces, ante los luchadores de sumo japoneses que peleaban a su alrededor en aquel icónico video musical. El nombre de esa y todas la canciones de Weezer sería mi introducción al compositor, guitarrista y genio incomprendido del arte pop   Rivers Cuomo. Yo no lo sabía aun pero estaba a punto de su futuro fan incondicional para toda la vida, apenas a los 15 años.

Yo se que esto no es nada especial seguro tiene alguna historia similar, pero me juzgues tampoco tan duro pues no tenía ni 15  años aún cumplidos, cuando mandaron a estudiar fuera del país, y esto vaya que pues no, no los presumo, se prefecto lo privilegiado que fui,) pero también lo triste que fue y como dije ya, muy poquito sabía yo aún. Pero bueno, sin más mama de paja (sin mal pensar, eh?) esa banda con dos guitarras eléctricas, un bajo y una batería, como millones más que hay y ha habido, estaba a tan solo un par de años de convertirse en la música que salvaría grandes partes de mi adolescencia, con letras que me vibraron a flor de piel en los días más espesos de aquellos traumas propios de la edad la punzada (como decía tu abuelita quizás), sólo que su música me salvó a miles de kilómetros de distancia, en un lugar muy lejano a donde los conocí por primera vez. En sitio extraño para un adolescente mexa tan engreído pero desconfiado, conocido simplemente como Bezirk Marzahn-Hellersdorf, en una ciudad llamada Berlín, Alemania.

Pero, bueno hasta aquí el pequeño (bien larguísimo  y de hueva, prólogo). Pues el resto lo contaré en CUATRO entregas más, para que nadie se me pierda y si se e note de verdad que lo que quiero platicar es más entretenido y esperanzador que otra cosa, y nace del corazón al ser algo que es simplemente me hacer bien de forma terapéutica, porque los conciertos (ver post anterior para mayor referencia) me importan tanto aún en estos tiempos, y sobre todo porque vale la pena hoy más que nunca, recordar como nos transportan a algunos de los mejores momentos de la vida, a veces sin darnos cuenta hasta que ya pasaron. Y por en particular para mí es esta historia, tan especial de contar.

PRÓXIMAMENTE....CAPITULO 1: "ACROSS THE SEA"

domingo, 15 de noviembre de 2020

Corona Capital a 10 años: Mi TOP 10

Desde hace diez años ininterrumpidos el Festival Corona Capital realizado en la Curva 4 del Autódromo Hnos. Rodriguez de la CDMX, es sin duda alguna el evento de música en vivo que mejor puede rastrear mi historia e idilio con mamar musiquita LIVE: No sólo define actos que han logrado colocarse como entrañables memorias en mi psique, sino que extrapola todo lo hermoso e irrepetible de lo que es vivir un concierto en vivo y que hoy más que nunca parece algo lejano e irrepetible. 

Este sábado y domingo del año 2020, habría sido el fin de semana de ese entrañable y profundamente memorable Festival, al cual por primera vez desde que inició nadie acudirá, por temas obvios relacionados con otro tipo de coronas y significativamente, poco capitales.

No quiero, sin embargo, dejar de homenajear la felicidad y dicha que cada entrega me ha dado desde que se instauró, así que pues para añorar con hermosa nostalgia, aquí presento a los 10 mejores actos que me ha tocado ver desde su primera edición y los cuales me han desde conmovido hasta la lágrima, sacado mi versión más bailadora o cuando menos un mínimo momento de genuina e irrepetible felicidad entre mis mejores amigos, parejas y hermanos.... Despertar al día siguiente sin voz siempre era señal de que se había mamado el Corona con dignidad (sendas disculpas a todos los que me han tenido que soportar cantando hasta reventarles los tímpanos). 

Como dijera el maese Wobbie Rilliams, hace dos años al cerrar el festival: Let Me Entertain You...


 



10. Robbie Williams (2016)
Sonaba a burla que cerrara el festival. Al final rompió los esquemas y se metió en el papel de aquel show man que dominó al mundo 10 años antes. Cuando sacó a su papá (literal) a cantar Sinatra, de plano dije, chale hasta trajo a su ruco, que pinche dedicación y empeño, el tipo sabe tocar esas fibras sensibles, pero inolvidables.



9. Pixies (2010)
Suena feo decirlo, pero tocaron en la primera edición llena de caos y sonido mezclado y eso demeritó su presentación, pues era difícil disfrutar sus canciones, con tanto desmadre sucediendo a su alrededor (sumado a lo intranquila que estaba la gente pues la cerveza se acabó por horas, en un festival patrocinado por Grupo Modelo). Pero pues ¿qué más da al final?, eran los Pixies, carajo, por primera vez en México. Los vi atónito y de inmediato sentí que mi vida estaba planeándose desde hacía mucho para por fin, verlos juntos y hacerlos verdaderos héroes de los  miles que estuvimos esperándolos por años y un poco más.


8. Grimes (2016)
Reluciendo el poder en vivo de 'Art Angels' (su mejor disco para mí) la mujer asumió el papel de rockstar y regaló un espectáculo de luces y sonido, que hiponitzaba pero retaba hasta al más incredulo, a no querer adorarla.


7. Andrew WK (2018)
Algo que llevaba queriendo ver desde la secundaria. El amo y señor de la fiesta nos transformó en sus subditos y nos regaló por media hora la mera esencia de los que es la pura fiesta hasta guacarear.

6. Pet shop Boys (2016)
La decisión más tonta pero inteligente que tomé ese día que no quise ver a Air. Por el simple juego de lasers lo valió. Súmale la música de esas rolas que oía a morir en secundaria y no hay forma de no transportarme ahí de nuevo. 




5. Vampire Weekend (2013)
Fue bonito ver a un banda que añoraba ver en vivo desde sus inicios: Sorpresa mejor fue que sonaron aún mejor ese día que en aquel LP debút. No sorpresa: Todos quedamos fascinados con la maravillosa ejecución y absurda maestría de cada miembro.




4. The Hives (2012)
No es sorpresa que un concierto de la banda sueca por excelencia (sorry ABBA), sea un recital de puro 'pishi' desmadre: No apreciar maravillosas las payasadas y siempre excelsas ejecuciones de una banda que me hizo mover el esqueleto desde adolescente, es no sentir que estás vivo. No exagero ni tantito.






3. The Libertines (2015)
Me acuerdo haber visto salir al par de idiotas peleados por años y escuchar los primeros acordes de 'Can't Stand Me Now', se me enchinó la piel y me pellizqué para saber si era real lo que estaba viendo. Lo fue, fue todo lo que soñé que fuera y hoy en día sigo sin saber cómo pasó, pero pasó.




2. Arctic Monkeys (2013)
Venían justo con el AM salido del horno, un set furioso, lleno del derroche que caracterizaba a la mejor versión de los monos: La que estaba hecha para sonar en festival. He visto a esa banda 3 veces, ese fue el set más corto que me haya tocado, pero el más añorable: la mera versión condensada de la mejor versión de la banda de Sheffield, hasta la fecha.




1. Weezer (2019)
El plan era verlo con mi hermano, el plan no salió así. Lo ví solo, lo lloré, lo canté y lo sigo recordando como si hubiera sido ayer. El momento en que tiraron 'The Good Life' quise avisarle a mi yo de 15 años que se encerraba en el baño a llorar con su discman y Pinkerton sonando a todo volumen extrañando a su familia y amigos en un viaje de intercambio fallido, que se dejara de preocupar, pues 17 años después la vida se lo iba a recompensar.





...y sé perfecto que me faltaron muchísimos más (R que también que merecen un espacio conmemorativo. 
Otro día quizás hable de aquellos (Green Day, Run The Jewels, Miles Kane, Gary Clark Jr, son sólo algunos que me vienen a la mente de bote pronto también). 

¿El peor que ví? se preguntarán con cierto morbo. Claro que lo sé. Interpol en 2010, pero por cuestiones tremendamente personales.

Felices diez años Corona Capital.

(dedicado a la persona que toleró mis desplantes y groserías, hace 10 años, en el primer CC)

martes, 3 de noviembre de 2020

Retrasos, Testers y Polacos: A CYBERPUNK DRAMA.

 A ver, voy a explicar lo mejor que pueda porqué pasó esto, pues la banda anda muy densa en todo Internet y al parecer no entiende ni madres de porque se hizo:

Empecemos con que SI, es una mala noticia pues es la 3er vez en el año que mueven la fecha de estreno, pero lo que hay que entender a fondo primero es que el 'multi-release' que planean en CDPR, pues dicho de forma sencilla es algo inédito en la historia de la industria y reto enorme para cualquiera involucrado....
Me refiero a que son como nueve versiones diferentes, corriendo en sistemas y plataformas (cuatro al menos), que ni siquiera están disponibles aún para el público.
Son 21 días, pero a veces los más pinches complicados y estresantes, porque los developers no tiene el temple (ni las ganas), para irse a meter encontrarle bugs a un juego en el que llevan ocho años trabajando sin parar, pues esto casi como tu hijo y te piden que le encuentres defectos en tu educación como padre, to put it bluntly.
La chamba complicada le toca estas semanas extra, a un segmento de la industria que se contrata casi siempre via outsourcing y son los Testers, tipos con talento y capacidades probadas, para no solo ser buenos en un juego, sino entender y dominar especialmente donde y como detectar posibles fallas o 'bugs', que pueden desde ser algo mínimo, hasta crashear el code del juego completo si algún problema se les fue sin fijarse.
Tener la GOLD cert es dejar claro que el producto está listo, pero de ahí se empieza a trabajar en un 'Day 0' patch update que es TODO lo que los testers arrojan en reportes (casi por hora), de fallas a los developers antes del lanzamiento y la mayoría son corregibles sin mucha bronca.
El tema aquí, como empecé explicando, es la cantidad de versiones que estos polacos locos pretenden sacar al unísono, es algo jamás visto en la historia de la industria y algo que en mi opinión enaltece aún más su control de calidad como estudio de vanguardia, pues no quieren soltar el juego antes de estar seguros que TODOS van tener la misma experiencia, sin importar donde se juegue.
Son 21 valiosísimos días para una chamba muy tediosa y bastante complicada, pero cuando estás creando arte y tecnología al mismo tiempo, no te puedes dar el lujo de dejar no querer ser perfeccionista hasta donde puedas (o los inversionistas te dejen: las acciones de CDPR se han caído con cada nueva fecha de lanzamiento y se desplomaron con este último anuncio, por un ratillo).
Cyberpunk 2077 parece ser un RPG open world tan complejo hasta por su género mismo, que deben tener a un ejercito de ?Testers especialiastas incluso, en aspectos diferentes del juego.
To esto para hacer rendir el tiempo extra al máximo, porque créanlo o no cada minuto cuenta, pues es rasparle más hasta ver dónde hay fallas.
En lo personal, a mi entusiasma tanto empeño que parecen haberle puesto al proyecto y sigo creyendo que será un parte aguas y se colocará cómo el mejor video juego jamás hecho (hasta ahora), en TODA la HISTORIA. Si me equivoco acepto burlas y memes hasta que me hagan llorar, no problemo.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

I’m in love with Hammer Girl: la historia de 'The Raid'

Mi crush en 2014

Gareth Evans nunca imaginó que una inocente invitación a grabar un documental en Indonesia, lo llevaría algunos años después a revolucionar el cine de acción de forma fascinante e insospechada. 

En ese entonces Evans era un joven galés como miles otros, con un título de estudios cinematográficos bajo el brazo pero completa imposibilidad de dedicarse al séptimo arte. El originario de Swansea trabajaba en un 9-5 job, disfrutando su reciente matrimonio con una joven de ascendencia indonesa. 


Después de haber producido un cortometraje que no había obtenido gran popularidad, el cineasta parecía estar condenado a dedicarse a subsistir en cualquier cosa menos el cine. Pero la oportunidad de poner su talento a prueba llegó en la forma de una invitación por conducto de su esposa, para viajar a la tierra de su familia en Yakarta y grabar un documental sobre un desconocido arte marcial llamado Penkac Silat.


Cuando Evans hizo el viaje y comenzó a documentar con su cámara a los artistas marciales del Penkac Silat su vida cambió por completo. Se encontraba  maravillado ante la coordinación y movimientos de naturaleza artística que ejemplifican los maestros de esta disciplina. Quedó particularmente encantado con la maestría en la que la lente encuadraba de forma mágica a un simple mensajero de paquetería. Se trataba de Iko Uwais, quien en sus ratos libres se dedicaba a practicar y enseñar el Penkac Silat a jóvenes y adultos en su barrio. El no lo sabía aún, pero Gareth Evans estaba a punto de transformarlo en el próximo Jet Li.


El joven cineasta y su mujer se encontraban sin un centavo, varados en Yakarta, con una asignatura pendiente, sin embargo la decisión era obvia: Había que mudarse a aquel país y hacer un película con el innegable talento de Iko Uwais frente a las cámaras. El plan de Evans consistió en tratar de hacer una película financiada localmente, que pudiera tener un éxito moderado que lograra ayudarlo a concretar un proyecto de mayor impacto. Su idea rindió frutos y después de conseguir lanzar a Uwais como una estrella local con sus impactantes movimientos de pelea en combates cuerpo a cuerpo, puso en marcha el que sería su siguiente proyecto: ‘The Raid: Redemption”.


El británico había crecido adorando los filmes de gángsters, así como películas clásicas de Bruce Lee y la propia re imaginación en el cine de acción que trajera John Woo a inicios de los noventa. Ideó un guión sencillo donde pudiera explotar en diversas escenas, el talento de su protagonista, así como su maestría para emplazar la cámara en espacios cerrados y su fascinante ojo para editar secuencias de acción, como si se tratase de un veterano.


En ‘The Raid: Redemption’, Iko Uwais interpreta a Rama, un policía en una unidad especial, encargado de infiltrar un complejo departamental gobernado por un violento mafioso y su ejercito de matones expertos en kung-fu. La película se desenvuelve como un videojuego, donde el protagonista tiene que ir subiendo de nivel, enfrentando a villanos cada vez más diestros a la hora de los madrazos, pero que recompensan al espectador espectacularmente, poniendo verdadera tensión en cada una de las batallas.


Cuando llegó el festival de Sundance en el año 2011, no había una sola alma en todo Park City que no estuviera hablando sobre una pequeña película de acción proveniente de Indonesia; escrita, editada y dirigida por un completo desconocido con un nombre que no sonaba asiático.


 ‘The Raid: Redemption” se convirtió en un éxito rotundo. Desde que Chan Woo Park con ‘Oldboy’ o el mismo Woo años antes, cambiarían las reglas del género de acción, no se había visto una voz tan original brindado tanta innovación en secuencias de acción compactas pero hipnotizantes, la  clase que comúnmente hace decir al moviegoer gringo:”Fuck dude! Did you just see that?”.


Con una película de apenas 90 minutos y un presupuesto de risa para lo acostumbrado en las grandes producciones de Hollywood, Gareth Evans había pasado de ser un desconocido documentalista galés, a la voz más original en el mundo del cine de acción en años.


Gracias al gran recibimiento obtenido, fue que el director puso manos a la obra en la secuela de su laureada obra. Este año fue estrenada en Sundance, con aún mayor revuelo y éxito que su antecesora, ‘The Raid 2: Berandal”.


Retomando la historia justo donde termina la primera, esta secuela es en todo sentido superior a su predecesora y eso es algo que no debe ser tomado a la ligera. Siguiendo el concepto de BIGGER, BETTER, BOLDER, el británico nos entrega una segunda parte que re imagina el cine de acción y lo eleva a nuevo plano en el que las coreografías ensayadas se vuelven narrativas propias dentro de la historia, contando escalofriantes secuencias, con movimientos de cámara imaginativos que envuelven al espectador en la pelea con singular facilidad.


En poco más de 2 horas y media, ‘Berandal’ sigue nuevamente los pasos de Rama, quien esta vez debe infiltrarse en una de las mafias más peligrosas de Yakarta, con tal de no poner en riesgo la vida de su esposa e hijo y  que no sufran la misma suerte que su hermano, asesinado a sangre fría. La historia es mucho más compleja en todo sentido. Lo cual garantiza escenas de acción aún más arriesgadas y totalmente apantallantes. Evans no tiene miedo de hacer sangrar a sus héroes, ni abusar de la violencia gráfica en casi cada una de sus magistrales tomas. 


Hay una escena en particular donde la cámara de Evans logra llevar el Pencak Silat de Iwais a redefinir lo que comúnmente conocemos como una persecución automovilística. Esto es el postmodernismo de las ‘car chases’ tradicionales. Una secuencia que tiene que ser experimentada por su complejidad pero también por su perfecta ejecución: 

Con apenas 7 coches y dos cámaras RED rentadas de un altísimo valor, Evans hace un juego de fotografía handheld que va desenvolviéndose de forma fantástica, alimentando nuestra ganas de vitorear por el héroe.


Pero ‘The Raid 2” es mucho más, porque Gareth sabe que conocemos la receta, pero está vez quiere redecorar este pastel de gore con un toda una gama de ingredientes nuevos.


Sin duda alguna una de las mejores producciones del 2014 y quizás una de las mejores secuelas en la historia del cine. De forma inesperada este cineasta ha logrado darle una cara nueva a un género que aún no se cansa de poner a Stallone a madrearse a otros viejitos, menos mamados que él.


¿Y ahora qué viene? Evans ha dicho que hará una 3era parte de ‘The Raid” pero que definitivamente se tomará su tiempo en esta ocasión. Tiene proyectos atractivos en Gran Bretaña y Estados Unidos, que aunque aún no se acercan a grandes producciones, son definitivamente películas con un fuerte financiamiento detrás.

Evans podría dar el salto a Tinsel Town en cualquier momento y será algo que no sorprenderá a nadie. La verdadera pregunta al final será ¿Lograrán los grandes estudios cambiarlo, o será el quien lidere una nueva revolución dentro del cine  de acción hollywoodense?